sábado, 7 de enero de 2012

Capítulo 8: Juntos en París



CAPITULO 8: JUNTOS EN PARÍS

MIAMI, FLORIDA


HOTEL IMPERIAL FLORIDA

En la cafetería del hotel, Saúl charla con Joaquín, el cual se encuentra realizando su trabajo diario como camarero. Esta vez secando unas caras copas de cristal con un trapo blanco.



Saúl: Alicia es la amante de mi primo Carlos.

Joaquín: ¿QUÉEE? (Dejando caer una de las copas al suelo, la cual se hace añicos)

Saúl: Así como lo oyes, me enteré ayer. Isabel me lo contó todo, parece ser que vio a tu hermana y a Carlos besándose en el jardín del hotel. Todavía no me lo puedo creer… tan modosita que se la veía, tan ingenua… y resultó ser una… (Burlándose)

Joaquín: Oiga, cuidado con lo que va a decir ¿eh? (Molesto)

Saúl: No te enojes, hombre, no iba a decir nada malo. Sólo que no me lo esperaba, la verdad. Si vieras como está Isabel… está que no la calienta ni el sol.

Joaquín: Ya… me lo imagino… (Pensando: A esa lo que la calienta bien es lo que yo me sé…)

Saúl: Siento que te hayas tenido que enterar así, de repente pero creo que tenías derecho a saberlo. Ya lo sabe todo el hotel.

Joaquín: ¿Cómo así que todo el hotel? No me irá a decir que doña Isabel le ha contado a todos los empleados que mi hermana y su primo… No, esto no puede ser…

Saúl: No, no fue Isabel. (Sonríe con maldad, quiere “envenenarle” el alma a Joaquín)

Joaquín: ¿Y entonces?

Saúl: Fue… como se llama esta chica, una de las que hacen las camas… la gordita… ¿Sabes quién te digo?

Joaquín: ¿Sonia? ¿Esa desgraciada se atrevió a ir con el chisme por el hotel? ¡Yo la mato! (Saliendo de la barra del bar)

Saúl: (Sujetándole del brazo) Espera, espera Joaquín. Así no puedes ir a reclamarle, dirá que es mentira y que yo me lo inventé todo. Esa chica es una estúpida.

Joaquín: ¡Y tan estúpida! Cuando la agarre me va a oír, vaya que sí me va a oír… (Enojado)

Saúl: Luego si quieres hablas con ella y le dices lo que te dé la gana, pero todavía no he terminado…

Joaquín: ¿Ah, pero que todavía hay más? (Cada vez más enfadado)

Saúl: Esta mañana temprano, mi primo Carlos se ha marchado de viaje de negocios a París, tenemos un hotel allá. En total hay tres, Miami, Nueva York y París.

Joaquín: ¡Al grano! ¿Qué tiene que ver eso con lo que andan diciendo por ahí de mi hermana?

Saúl: Cálmate y tranquilízate, ¿Ok? Lo que te quiero decir es que… bueno… Alicia se ha ido a Francia con él.

Joaquín: ¿QUÉEE? ¡Esto es increíble! Y la muy…. La muy descarada no me dijo nada anoche.

Saúl: Me lo imagino. (Sonriendo con maldad)

Joaquín: Solamente me dijo que iba a estar unos días fuera con una amiga del barrio y resultó que… ¡Yo la mato! ¡Le juro que la mato!

En ese momento, Joaquín, lleno de rabia y de ira, sale furioso de la cafetería entre la multitud de clientes. Mientras, el astuto y maquiavélico Saúl se ríe.

Saúl: Jajaja, aquí se va a formar una buena. Y esto es sólo el principio, la película acaba de comenzar… (Sonríe con astucia)


AEROPUERTO MIAMI-INTERNATIONAL

En el avión, Carlos y Alicia charlan sentados uno junto al otro, en primera clase.


Alicia: Ay Carlos, lo paso tan mal cuando viajo en avión… Cuando vine de México creí que no llegaba. Qué miedo pasé, mi amor.

Carlos: No te preocupes, eso es sólo las primeras veces, hasta que te acostumbras. Luego es una gozada viajar en ellos. Mi hermano Miguel estudió aeronáutica y quiere ser piloto de aviones comerciales, así como este.

Alicia: ¿En serio? ¿Sabes, Carlos? Me encantaría conocer a tu familia. Hablas siempre tan bien de todos, de Liliana, de Miguel, de tus padres…

Carlos: Ellos forman parte de mi vida, y lo que más me gustaría es que aceptaran nuestra relación. Pero sé y tengo la certeza de que al menos mi padre no se lo va a tomar muy bien.

Alicia: ¿Por qué?

Carlos: Porque es un poco… como decir… clasista. Mira mucho eso de la diferencia de clases sociales, los ricos y los pobres, ya sabes. Lo de siempre. (Sonríe)

Alicia: Pues yo que soy una chica común y corriente… ay mi amor, y si no les caigo bien… Recuerda que te vas a divorciar de Isabel y eso seguro no lo van a ver con buenos ojos.

Carlos: Me da igual lo que opinen mis padres. Yo sé que mis hermanos, tanto Miguel, como Liliana me van a apoyar. Sólo tienen que conocerte y te darás cuenta. Ellos nunca han querido a Isabel en la familia y esto les ha sentado bastante bien, diría yo. (Sonríe feliz)

Alicia: ¿En serio? ¿Tus hermanos odiaban a Isabel?

Carlos: Bueno, tanto así como odiar, odiar… ¡No la tragaban! Jajajaja.

Alicia: Jajajaja. Me siento como la mala de la telenovela, Carlos. Como la roba-maridos o algo así.

Carlos: Anda, deja de decir bobadas. (Acariciándole la mejilla, apartándole el cabello)

Alicia: Te quiero y no quisiera que tu familia se opusiera a lo nuestro pero por otro lado tengo miedo… miedo también por la mía.

Carlos: ¿Todavía no le has contado nada de lo nuestro a tu padre y a Joaquín?

Alicia: A mi padre sí, le dije por teléfono que estábamos juntos pero no se lo tomó muy a bien, sobre todo por el hecho de que seas un hombre casado.

Carlos: Por poco tiempo… En cuanto tenga el divorcio, seré libre para estar siempre contigo y te prometo, óyeme bien, que nada ni nadie nos va a separar jamás en la vida.

Alicia: ¿Es una promesa? (Sonríe)

Carlos: Lo juro como que me llamo Carlos Álvarez Gallardo Villanueva y de Linares.

Alicia: Jajajjajaja. Chico, parece el nombre de un marqués o un duque, o algo así, de alcurnia y señorío (Burlándose)

Carlos: Obviamente, soy un príncipe, tú príncipe… (Sonríe, le da un beso)

Alicia: Mmm, si que eres vanidoso tú eh, si, si… (Burlándose)

Carlos: Jajajaja. Es broma. ¿Y tu qué ah? Porque todavía no me has dicho tu segundo apellido. Alicia Molinos… ¿Qué más? ¿Enojona? ¿Orgullosa? ¿Extremadamente bella?

Alicia: Jajajaja, eres bobo. ¿Nunca te lo dijeron? (Sonríe feliz)

Carlos: No (Le hace burla y le roba un beso)

Alicia: Te amo

Carlos: Y yo a ti, cariño. Te quiero. (Se besan y se toman de las manos)

En ese instante interviene una de las azafatas del enorme Boeing 747. La joven comunica algo por megafonía.

Azafata: Señores y señores, bienvenidos a bordo. Este vuelo con destino París efectuará en breve la maniobra de despegue. Por favor, abróchense los cinturones de seguridad y permanezcan en su asiento hasta nuevo aviso. American Airlines les desea un feliz viaje. Gracias.

Mientras la azafata realiza el mismo comunicado pero esta vez en inglés, Carlos y Alicia continúan charlando en sus asientos.

Alicia: Estoy muy nerviosa.

Carlos: Tranquila, son sólo… (Mirándo su reloj de pulsera) unas… nueve horitas.

Alicia: ¿Nueve horas? (Sorprendida)

Carlos: Claro, hay que cruzar todo el Atlántico. (Sonríe)

Alicia: ¿Y si nos caemos en mitad? Ay no, yo me bajo ahora mismo… (Intentando quitarse el cinturón) ¿Qué tal si este cacharro se va al carajo? Ni hablar…

Carlos: Jajaja.

Alicia: ¡Era broma, menso!

Carlos: Ya, ya me di cuenta. (Se besan)

Alicia: Ya tengo ganas de llegar a París. Debe ser bien lindo ¿Verdad?

Carlos: La ciudad más bella del mundo.

El avión se dirige sin prisa pero sin pausa hacia la pista principal. El enorme aparato, propiedad de American Airlines comienza a tomar velocidad, cada vez más elevada. El avión recorre la pista hasta que en cuestión de segundos y cuando menos se esperan, el vuelo despega las ruedas del suelo iniciando su viaje rumbo a Europa.



MANSIÓN ÁLVAREZ


En la lujosa y elegante casa de la familia Álvarez Gallardo, situada a las afueras de Miami, doña Claudia y don Eladio llegan en compañía de Patrick y Liliana. El tratamiento del padre de Carlos ha terminado en Houston, por lo que todos se ven obligados a regresar de nuevo a casa. Como sabemos a don Eladio apenas le quedan unos tres meses de vida, pero él no lo sabe. En el salón de la mansión, los cuatro conversan. Eladio en una butaca, mientras Claudia, Patrick y Liliana se sientan en el sofá.



Claudia: Estaba deseando de llegar a casa, estas semanas en Houston se me han hecho larguísimas, pensé que me quedaba a vivir en la clínica.

Eladio: ¿Por cierto, dónde están Carlos e Isabel?

Liliana: Pues… (Nerviosa, mirando a Patrick)

Claudia: ¿Y Miguel?

Patrick: Miguel seguramente habrá salido a dar una vuelta, quiere quedarse en Miami pero no hay trabajo.

Eladio: ¿Quién lo dice? Miguel puede empezar a trabajar ya, no tiene más que asumir la dirección del hotel de París.

Liliana: Papá, sabes de sobra que a Miguel no le gusta esto…

Eladio: Mira, hija, yo sé que tu hermano ha pasado varios años estudiando en
Madrid y que quiere ser piloto de aviones pero si no hay trabajo, algo tendrá que hacer… ¿Y qué mejor que irse a París y ponerse al frente de una de nuestras empresas?

Claudia: Claro, hija… Tú ya estás en Nueva York, tu hermano Carlos acá en Miami… Los tres hoteles estarían en buenas manos si Miguel acepta.

Eladio: ¿Cómo que si acepta? Es que esto no es una elección, tiene que aceptar. (Molesto)

Patrick: Sorry, permítanme que me meta en la conversación pero creo que antes de decidir si Miguel se va o no a Francia, deberían saber lo que ha pasado en el hotel de aquí de Miami.

Liliana: Ay Patrick… (Nerviosa)

Claudia: ¿Qué ha pasado en el Imperial? (Sorprendida)

Patrick: Anoche hablé con Carlos por teléfono para decirle que hoy regresábamos todos juntos de Houston pero… Bueno, el caso que en estos meses que han estado ustedes en la clínica Anderson, han muerto dos chicas en el hotel.

Eladio: ¿Quéeee? (Se levanta de la butaca tosiendo, padece cáncer de pulmón)

Claudia: Cálmate, Eladio, por lo que más quieras… (Atendiéndole) Liliana, hija, trae un vaso con agua, por favor.

Mientras la joven se marcha a la cocina…

Patrick: Primero fue una de las empleadas, una tal Marta, apareció degollada en una de las habitaciones…

Claudia: Qué horror, por favor…

Eladio: ¿Pero que me estás contando? (Enojado)

Patrick: Y ayer una amiga de Isabel apareció muerta en el invernadero del jardín del hotel. Parece ser que fue un accidente. El tejado de cristal se le vino encima y… bueno… ya imaginarán.

Claudia: Virgen Santa…

En ese instante Liliana llega con el vaso de agua.

Eladio: Gracias hija… (Bebiendo un sorbo) ¿Pero cómo es que Carlos no me ha dicho nada de todo esto? Cuando le vea me va a tener que dar una explicación, ahora mismo nos vamos al hotel porque tengo que hablar con él y con Isabel de todo esto.

Liliana: Es que hay algo más, papá… (Nerviosa) Algo que mi hermano todavía no les ha dicho pero creo que sería mejor que eso se lo cuente él… Es algo muy personal.

Claudia: ¿Dé que hablas Liliana? ¿Pero que aún hay más?

Liliana: Bueno, el caso es que… es que… ay como se los digo…

Patrick: Carlos e Isabel se van a divorciar.

Claudia: No puede ser cierto… (Molesta y sin dar crédito a la información)

Eladio: Pero válgame Dios, estoy fuera de Miami tres meses y cuando regreso me encuentro con mi casa patas arriba…

Liliana: Yo sé que esto les ha tomado por sorpresa pero pensamos que era mejor no decirles nada hasta que no estuvieran en casa. Estoy segura de que Carlos les va a dar una explicación.

Eladio: ¡Por supuesto que me tiene que dar un explicación! Primero me entero que ha habido dos muertes en el hotel y ahora de que mi hijo mayor y su esposa se van a separar.

Patrick: Separados ya están.

Claudia: Ay por favor… por favor… (Alucinada)

Eladio: ¡Claudia, dile a Gladys que me prepare ropa limpia que ahora mismo salimos para el hotel! ¡Esto lo vamos a resolver ahora mismo!

Claudia: No te preocupes… ¡Gladys! (Llamando a la criada) ¡Gladys!

Liliana: Espera mamá… Papá… Carlos no está en el hotel…

Claudia: ¿Cómo que no está en el hotel? ¿A esta hora dónde diablos va a estar?

Patrick: Volando a París.

Claudia: ¿A París? (Sorprendida)

Eladio: ¿Y se puede saber que ha ido a hacer Carlos a París?

Liliana: ¿Se lo cuentas tú o se lo digo yo, mi amor? (Mirando a Patrick, nerviosa y asustada por la posible reacción de su padre)

Patrick: Ufff (Resoplando…)

Claudia: ¡HABLEN DE UNA BUENA VEZ!

Liliana: Mi hermano se fue a París con una de las empleadas… Alicia, Alicia Molinos…

Eladio: ¿Y? ¿Quién es Alicia? ¿Su nueva secretaria?

Patrick: No…

Eladio: ¿Qué diablos me están queriendo decir?

Claudia: No puede ser lo que me estoy imaginando…

Patrick: Carlos y esa chica tienen una relación sentimental.

Claudia: ¿QUÉEE? (Se levanta del sofá) ¿Cómo así que mi hijo tiene una amante? (Furiosa)

Eladio: Eso tiene que ser una infamia…

Liliana: No es su amante, ellos se quieren de verdad… Carlos me ha dicho que…

Eladio: ¡CÁLLATE!

Liliana: Papá, por favor, escúchame. Mi hermano se enamoró de esa tal Alicia y bueno parece que se han ido juntos unos días a París, eso es lo que le dijo anoche por teléfono a Patrick.

Patrick: That’s true (Eso es verdad)

Eladio: Esto es increíble… (Rabioso) ¡DAME EL NÚMERO DE CELULAR DE CARLOS!

Liliana: Pero papá… cálmate, no le hagas un escándalo por teléfono. Espera que regrese y luego lo hablas con él.

Eladio: ¡TÚ TE CALLAS! A buenas horas me vengo a enterar de la verdad. Mira, lárgate de mi vista porque ya hablaremos tú y yo.

Patrick: Vámonos mi amor, es mejor que les dejemos solos. La noticia ha sido demasiado fuerte para tus padres.

Claudia: ¡Y TAN FUERTE! ¿Cómo es posible que Carlos se haya echado una amante y encima tenga la desfachatez y el descaro de llevarse a la zorra esa París? Tu hermano no tiene vergüenza.

Liliana: No la insultes, mamá, ni siquiera conocemos a esa chica.

Eladio: ¡Ni falta que nos hace! (Furioso) Seguro será la típica trepadora a la caza de millonario. Una vulgar muerta de hambre.

Claudia: Aquí tienes la agenda (Pasándole un librito de tapas negras donde guardan números de teléfono)

Eladio: Dame el teléfono (Su esposa se lo pasa en mano y Eladio se dispone a marcar)

Liliana: ¡Papá, por favor!

Eladio: ¡No te metas en esto, Liliana! ¡Por favor te lo pido! Carlos me va a querer escuchar, esto no se va a quedar así. Claudia, hazme el favor y localiza a Isabel pero ya. ¡YA!

Mientras don Eladio marca el número del celular de su hijo Carlos; Patrick y Liliana se miran sin decir nada. Ambos piensan que han metido la pata pero era su obligación contarles a los padres de ella lo ocurrido en la familia. Tarde o temprano todos lo iban a saber.



PARIS, FRANCIA


Carlos y Alicia pasean por las calles de la bella e histórica capital francesa. Juntos, y bien abrigados (ya que el clima es más fresco que en Miami), visitan lugares tan conocidos como la Torre Eiffel, la catedral de Notre-Dame, Los campos Elíseos, el museo del Louvre o la basílica del Sacré Coeur. La pareja vive su amor entre la multitud de parisinos y turistas que cada día abarrotan las calles de la ciudad. Carlos y Alicia pasean agarrados de la mano, contemplando las innumerables bellezas que ofrece la capital gala. En los jardines “Champ de Mars”, Carlos y la mexicana conversan mientras admiran la famosa Torre Eiffel.



Carlos: ¿Qué te parece París?

Alicia: Ay Carlos… (Emocionada) En la televisión se veía bonito pero esto… esto de verdad es precioso.

Carlos: ¿Te gusta? (Sonríe)

Alicia: Me encanta… es como un cuento de hadas, un sueño, jamás me imaginé que podría compartir algo así contigo, mi amor. Como para quedarse a vivir toda la vida.

Carlos: Me alegro de que estés pasándolo bien. (Sonríe, y la abraza fuerte)

Alicia: ¿Y ahora donde vamos a ir? (Sonríe, mientras le abriga cerrándole más el anorak)

Carlos: Aquí el clima es diferente de allá, y eso que aún estamos en octubre.

Alicia: Sí

Carlos: Hace frío, ¿Verdad?

Alicia: Un poco, pero no importa si estoy contigo. (Dándole un beso)

Carlos: Si quieres que vayamos a almorzar algo, no sé… todavía es temprano para ver Notre Dame.

Alicia: ¿Cuántos días nos vamos a quedar, Carlos?

Carlos: Tres. Siento que no podamos quedarnos más tiempo pero tengo asuntos pendientes que resolver en el hotel y…

Alicia: No importa, entonces tenemos que aprovechar el tiempo.

Carlos: ¿Aprovechar el tiempo? Jummm… ¿Y como te gustaría que lo “aprovecháramos” eh? (Guiñándole un ojo)

Alicia: (Avergonzada) No iba por ahí, malpensado. Ay, estos hombres… que mente más…

Carlos: Más…

Alicia: ¡Atrevida! Yo pensando en visitar museos y monumentos y el señor pensando en cosas raras.

Carlos: Jajaja.

Alicia: No te burles (Avergonzada)

En ese momento, Carlos se acerca más a ella y le dice algo al oído en voz baja.

Alicia: ¡CARLOS! (Roja y nerviosa)

Carlos: ¿A poco no te gustaría? Mmm, tiene que ser bien rico.

Alicia: No sé… (Bajando la mirada, apenada)

Carlos: ¿Qué pasa Alicia?

Alicia: Nada, olvídalo, cosas mías.

Carlos: Bueno… Tengo una idea, a ver que opinas. Vamos a subir allí arriba (Señalando con la mano el punto más alto de la torre Eiffel)

Alicia: ¿Qué? ¿Pero te has vuelto loco? Ni harta de tequila me subo yo ahí arriba, ni hablar.

Carlos: Jajajaja, anda tonta, verás como te va a gustar, además se sube en ascensor.

Alicia: Ah, bueno, si es así… eso cambias las cosas.

Carlos: La primera vez que yo vine a Paris, tenía… unos 22 años. Había terminado la carrera de administración de empresas en Nueva York y mis padres se empeñaron en que debía aprender otro idioma que no fuera el inglés ni el español y me enviaron aquí.

Alicia: Imagino que te sentirías muy solito acá, tan lejos de tus padres…

Carlos: Sí, pero aprendí a valerme por mí mismo. Y fue una experiencia inolvidable. Aún conservo buenos amigos aquí.

Alicia: Y amigas… me imagino… (Celosa)

Carlos: Jajajaja

Alicia: No te rías, que no tiene gracia ninguna, jumm…

Carlos: ¿Qué quieres saber si tuve alguna novia francesa? ¿ah?

Alicia: Prefiero no saberlo (Enojada)

Carlos: ¿Y tú que eh? Nunca me has contado tu pasado en México, apuesto que en Guadalajara tuviste montones de pretendientes antes de irte a Miami.

Alicia: Bueno, alguno que otro, no te vayas tu a creer… (Burlándose) Los tenía a todos en mi barrio, vamos, comiendo de la palmita de mi mano, así… como gansos de estanque.

Carlos: Jajajaja, qué mal sonó eso Alicia.

Alicia: Jajajaja

Carlos: ¿Bueno qué? ¿Subimos o no?

Alicia: Claro que sí, vamos.

Poco después la pareja de enamorados sube en el ascensor de la torre Eiffel, y una vez en el tercer piso, el punto más alto de visita del emblemático monumento, Carlos y Alicia disfrutan de las espectaculares vistas de París desde el edificio más alto de la capital.


MIAMI, FLORIDA

DEPARTAMENTO DE SAÚL

En el dormitorio, echados en la cama, Saúl e Isabel conversan semidesnudos entre las sábanas después de haber hecho el amor. Ella recostada junto a él, mientras le acaricia el pecho con una mano.



Saúl: Así que le conté todo al hermanito y no veas como se puso, a poco y la golpea y todo, jajaja.

Isabel: Jajaja, pues no le estaría mal a esa mugrosa. Esa desgraciada va a pagar por todo lo que me ha hecho. No pienso dejar que Carlos se divorcie de mí y menos ahora que va a ser padre.

Saúl: ¿De cuanto tiempo estás?

Isabel: Unos tres meses más o menos (Sonríe)

Saúl: Por eso apenas se nota, pero ya pronto se van a dar cuenta.

Isabel: Claro, por eso voy a aprovechar para hacerlo público en la fiesta de aniversario de tus tíos. Nadie se espera la bomba que voy a soltar y más ahora que Carlos me quiere dejar.

Saúl: La cara que va a poner mi adorado primo cuando se entere… jajaja. Eso no me lo quiero perder por nada del mundo.

Isabel: Ay mi vida, estoy más contenta, nuestro primer hijo. (Pensando: Y yo que creía que iba a ser el marginal de Joaquín, menos mal… pero…)

Saúl: ¿En qué piensas mi amor? Te quedaste muy callada. ¿Ocurre algo?

Isabel: No, no te preocupes no es nada… nada… Sólo pensaba en esa golfa y en Carlos, seguro a estas horas estarán ya en París. Maldita sea, si lo hubiéramos sabido antes me habría plantado en el aeropuerto y le iba a montar un escándalo que se iba a enterar todo Miami.

Saúl: Ya no te mortifiques más por ellos, de momento la primera parte del plan ha funcionado. Joaquín no acepta la relación de ellos dos, por lo que ya tenemos alguien a nuestro favor.

Isabel: ¿Ya pero y si la familia de Carlos la prefiere a ella antes que a mí? ¿Eh? Recuerda que sus hermanos no me pueden ni ver ni en pintura, y eso desde que me casé con él.

Saúl: No te preocupes, seguro que el viejo de mi tío Eladio y la momia de Claudia no van a ver con buenos ojos esa relación. Recuerda lo clasistas que son.

Isabel: Eso es verdad… Me extraña que la estúpida de Claudia vaya a respetar semejante escándalo en su familia. Un divorcio… por favor “Qué dirán mis amigas”, jajaja.

Saúl: Jajaja, por eso mismo te lo digo. Así que no importa que mi primo y esa Alicia piensen que van a ser felices, porque no va a ser así.

Isabel: Tú tía siempre ha sido de guardar mucho las apariencias y sé que me prefiere a mí antes que a una vulgar inmigrante muerta de asco y sin educación.

Saúl: ¿Entonces para qué te preocupas? Sólo queda la segunda fase de mi plan y lo tendremos todo hecho. Será coser y cantar, en menos de lo que canta un gallo Carlos dejará a esa naca para volver contigo.

Isabel: ¿Qué tienes pensado hacer?

Saúl: No te lo puedes ni imaginar… jajaja. (Sonríe con astucia y maldad)



PARÍS, FRANCIA


HOTEL SAINT PIERRE

Ya de noche, en el restaurante de un lujoso hotel de cinco estrellas, propiedad de la familia Álvarez, Carlos y Alicia degustan una suculenta cena, compuesta por diversos platos de la afamada cocina francesa. La pareja, sentada a la mesa, a la luz de las velas, conversa.



Alicia: ¿Y dices que este hotel es de tu padre también?

Carlos: Sí, pero lo lleva un gerente de confianza. Mi padre ha estado a punto de venderlo pero quiere que mi hermano Miguel se haga al frente de la dirección.

Alicia: Ahm…

Carlos: Pero a mi hermano no le gusta esto del mundo hostelero, así que no sé que pasará al final.

Alicia: Pues sería una pena, porque es muy lindo. Pero, una cosa…

Carlos: Sí, dime (Bebiendo una copa de vino)

Alicia: La suite tiene dos habitaciones… ¿Verdad?

Carlos: No… Sólo una. ¿Por?

Alicia: Ay Carlos… (Avergonzada)

Carlos: ¿Qué pasa Alicia? ¿Te da vergüenza dormir conmigo? Si tu quieres puedo dormir en otra habitación… pero yo creía que… bueno… (Bajando la mirada)

Alicia: Es que… es que… no sé Carlos, no estoy segura de que sea correcto que compartamos habitación.

Carlos: ¿Por qué?

Alicia: Porque… porque…

Carlos: ¿Qué ocurre Alicia?

Alicia: No… nada… disculpa tengo que ir al aseo. Luego subiré a la suite. (Nerviosa)

Carlos: Esta bien… como quieras. (Preocupado)

La mexicana entra en el aseo de mujeres y se mira al espejo, hablando consigo misma.

Alicia: ¿Qué hago, diosito? ¿Qué hago? Como le voy a decir que… que nunca he estado con nadie… (Avergonzada)

Mientras, en el restaurante, Carlos paga la cuenta al camarero.

Chico: Merci, Monsieur. Bonne nuit. (Gracias señor, buenas noches)

Carlos: À bientôt, à demain. (Todo bien, hasta mañana)

El empresario se marcha, en dirección al recibidor del hotel y sube en el ascensor hasta la primera planta. Dentro de la suite, Alicia se encuentra encerrada en el baño, muy nerviosa. Carlos abre la puerta de la suite y entra. No hay nadie en la recámara. Carlos revisa toda la estancia y no ve a Alicia.

Carlos: ¿Alicia? ¿Mi amor, estás ahí? ¿Alicia?

En el baño, Alicia habla con él.

Alicia: Sí, Carlos, estoy en el baño. Quería… quería ducharme antes de acostarme. Estaba cansada.

Justo en ese instante, Carlos se acerca a la puerta, pero está cerrada por dentro.

Carlos: ¿Ducharte después de cenar? Te va a sentar mal, Alicia. Oye, ¿Cerraste la puerta con llave?

Al otro lado de la puerta, Alicia responde.

Alicia: Sí, es que… es que me daba miedo si alguien del servicio de habitaciones entraba o algo, ya sabes, yo y mis manías… (Nerviosa)

Carlos: Mmm… Está bien, está bien…

En el cuarto de baño, Alicia está muy nerviosa, no sabe como actuar y está muy avergonzada. La joven se ha puesto un sexy conjunto de lencería de encaje en color blanco y una especie de “bata” semitransparente. Alicia se ve muy sensual, con el cabello suelto y así semi-desnuda pero tiene miedo a no gustarle a Carlos.

En la suite, Carlos se sienta en la cama y se quita los zapatos, los calcetines… mirando a la puerta del baño. Carlos se tumba en la cama boca arriba, tal cual está vestido, con camisa blanca y pantalón vaquero (jean). En el baño, Alicia sigue sin salir. Durante unos minutos no se oye ni un solo sonido en toda la habitación. Carlos cierra los ojos mientras está echado en la cama, en ese momento Alicia abre la puerta del baño pero él se hace el dormido.

Alicia: ¿Carlos? Lo siento es que… (Acercándose a la cama)

Pero él no responde, finge estar dormido sobre la cama, echado boca arriba. Ella se sienta en la cama junto a él y le mira al detalle.

Alicia: Pobre… (sonríe) Se ha dormido… tal vez sea mejor así…

La joven le observa detenidamente, recorriendo con su mirada el rostro de él.
Alicia no puede evitar acariciarle la cara a Carlos y seguir con sus manos las líneas de su rostro. Carlos sigue fingiendo estar dormido.

Alicia: Yo nunca he estado con nadie… por eso es que no me atrevía a estar a solas contigo. Sé que es difícil de creer y por eso me da mucha vergüenza todo esto…

Mientras, Carlos, en silencio y con los ojos cerrados, la escucha sin decir nada. Alicia comienza a tocarle el pecho sobre la camisa, desabotonando poco a poco los botones. Carlos abre lentamente los ojos, fingiendo despertarse.

Carlos: ¿Alicia…? (Somnoliento)

Alicia: Te quedaste dormidito… (Sonríe)

Carlos: Lo escuche todo…

Alicia: ¿Qué escuchaste? (Nerviosa)

Carlos: No te preocupes… no importa.

Alicia: Te quiero.

Carlos: Y yo a ti.

La joven desabotona toda la camisa y comienza a tocar el pecho de Carlos lentamente, a besarle con ternura… Él se deja llevar. Poco después Carlos toma la iniciativa y le da un beso en los labios, un beso apasionado. Ambos se desvisten mutuamente, lentamente pero con deseo, con pasión. Es su primera vez y ambos quieren disfrutarla al máximo. Entre las sábanas y ya desnudos, Carlos y Alicia se aman sin medida, sin importarles nada ni nadie. En ese momento sólo existen ellos dos, dos cuerpos y una sola alma. Carlos, sobre Alicia, la abraza, mientras ambos se besan y él comienza a hacerle el amor lentamente para aumentar paulatinamente el ritmo. La pareja se da una de las manos, Alicia aprieta la mano derecha de Carlos, mientras hacen el amor.

Carlos: Te amo, Alicia, te amo (se besan)

Alicia: Y yo a ti, mi amor, te quiero. (se besan)

El capítulo termina con música (Alizée – J’ai en marre) e imágenes de París.

CONTINUARÁ…

http://www.youtube.com/watch?v=p1K-xBMassk&feature=BFa&list=PL66AA4556397326DA

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