miércoles, 20 de junio de 2012

"Sigo Intentando" llegó a su final. Te esperamos en "Berenice"

La novela protagonizada por Silvia Navarro y Sergio Basañez terminó el pasado domingo 17 de junio en su capítulo final. Muy pronto podrás disfrutar de una nueva historia de los creadores de esta apasionante novela.

Este viernes 22 de junio se estrena "Berenice", la nueva apuesta de Pspain Productions para Mundo Fiction. Dicha producción está encabezada por Adanely Núñez y José Ron, así como Altair Jarabo y Aarón Díaz en los papeles antagónicos.

Ya puedes visitar la web oficial de la novela en:

http://novelaberenice.blogspot.com.es/











Muchas gracias por habernos acompañado en estos meses, te esperamos en "Berenice".

Un saludo.

domingo, 17 de junio de 2012

Capítulo 16: Gran Final

Atención: Capítulo Doble por ser el final.



CAPITULO 16: GRAN FINAL


GUADALAJARA, MÉXICO


En la terraza de la cafetería, frente a la plaza de la catedral de Guadalajara, Alicia y Carlos sigue conversando, sentados a una de las mesas en medio de la multitud de clientes del local y viandantes que transitan a esa hora del mediodía por el centro de la ciudad.



Carlos: Por favor, perdóname…

Alicia: No sé que decir, Carlos, me toma todo muy de repente, no pensé que… Ay, no sé que hacer, lo siento. Tengo que pensarlo, no puedo decirte más.

Carlos: ¿Qué es lo que tienes que pensar? ¿Ya no sientes lo mismo por mí? Dime la verdad, Alicia. ¿Acaso ya no me amas? Porque si tu me dices que ya no me quieres, te prometo que no te vuelvo a molestar más.

Alicia: No es eso, es que… es que han pasado demasiadas cosas, Carlos. Yo he sufrido mucho con esta relación, todo fueron obstáculos y problemas desde el principio.

Carlos: Lo sé pero, si tu quisieras podríamos empezar de nuevo. Yo te amo.

Alicia: Pero tu madre me odia, me insultó de mala manera aquella vez en el hospital. Aunque ya no esté Isabel por medio y yo quisiera volver contigo, ya tengo a tu familia en mi contra. ¿Es que no lo entiendes? No es tan fácil.

Carlos: Por mis hermanos no tienes por qué preocuparte. Tanto Miguel como Liliana nunca han puesto ninguna objeción a lo nuestro. Es más, me han apoyado en todo momento. A ellos nunca les cayó bien Isabel.

Alicia: Ya, pero tú madre… Ay, doña Claudia tiene un carácter de los mil demonios, de verdad ¿Eh? Todavía me duele la bofetada que me dio. (Molesta)

Carlos: Discúlpala, ella es así… sólo quiere el bien de su familia y cuando ve que nosotros sufrimos pues no puede evitar salir en nuestra defensa.

Alicia: Ya no son niños ustedes, ni tú ni tus hermanos para que tenga que intermediar la mamá en vuestras vidas. ¿No te parece?

Carlos: Sí, lo sé, si tienes toda la razón del mundo pero… Compréndeme, es mi madre.

Alicia: Lo entiendo, pero… ¿Qué quieres que haga? ¿Que me presente en tu casa y hable con ella como si nada hubiera pasado? No creo que sea buena idea.

Carlos: No, tengo una mucho mejor y estoy seguro de que sería la mejor ocasión tanto para hacer las paces con mi madre como para que mis hermanos te conocieran de verdad y supieran como eres en realidad.

Alicia: ¿En qué estás pensando ahora? Mira que te temo… ¿Eh?

Carlos: Mi hermana Liliana se casa el próximo fin de semana en Nueva York y bueno… había pensado que tal vez tú…

Alicia: ¿Qué tal vez qué? Ay que te veo venir…

Carlos: ¿Quieres ser mi pareja en la boda de Liliana? Por favor, no rechaces mi invitación.


MIAMI, ESTADOS UNIDOS


DEPARTAMENTO DE SAÚL

Isabel llega a casa de Saúl con una maleta y un cochecito de bebé donde lleva a su pequeña hija Mireia, quien apenas cuenta con dos semanas de edad. Isabel abre la puerta con las llaves que tenía del departamento pero no hay nadie, o eso parece. Un silencio invade la estancia del salón de la casa. Isabel deja la maleta junto a la entrada y el cochecito de la niña junto al sofá. La venezolana cierra la puerta y en ese momento comienza a escuchar unos intensos gemidos y jadeos que proceden del dormitorio.



Isabel se acerca a la puerta, la abre sigilosamente y la escena que presencia la deja sin palabras. En la cama, Samantha cabalga sobre Saúl mientras hacen el amor. Isabel interrumpe de forma violenta y a viva voz.



Isabel: ¿Se puede saber que significa esto? (Furiosa)

Saúl: ¡Isabel! ¿Qué haces tú acá?

La rubia Samantha se baja de la cama envuelta en una de las sábanas, avergonzada.

Isabel: Zorra maldita… Así que te las dabas de ser mi amiga cuanto te conocí y mira… resulta que lo único que querías era liarte con mi hombre. ¡Golfa!

Saúl: Por favor, Isabel, cálmate. Todo tiene una explicación (Se levanta de la cama y se pone unos vaqueros)

Samantha: Ay, cariño, yo pensaba que ya lo sabías. Saúl y yo estamos juntos. (Sonríe con maldad)

Isabel: Hazme el favor y te me largas de mi casa ahora mismo, descarada. ¡Zorra!

Samantha: No me da la gana. Aquí la única que sobra eres tú, Isabelita querida. Así que ya estas agarrando tus cachivaches y te vas por donde has venido.

Isabel: Mira lagarta oxigenada… (Se acerca y la agarra del cabello con fuerza)

Samantha: ¡!Ahhhhhh!!

Saúl: ¡Ya basta! No quiero escenas en mi casa. Fuera las dos ahora mismo. No estoy para peleas de viejas ridículas.

Isabel: ¡Tú te callas! Yo que venía a presentarte a tu hija y mira con lo que me encuentro…

Saúl: ¿Viniste con Mireia?

Isabel: Sí, está en el salón… (Saúl sale del dormitorio para ver a su hija)

Samantha: ¡Suéltame! ¡Que me sueltes te digo! (Se suelta)

Isabel: Esta me la vas a pagar. Voy a denunciarte a la policía por el asesinato de Marta y el del viejo Eladio, porque estoy segura que esa muerte también fue cosa tuya… ¿Verdad?

Samantha: Jajajaja, ay pero que boba eres, pues claro que fue obra mía. Además tu saliste ganando, que bien te has disfrutado este tiempo de la hacienda que le dejó mi adorado padre a Carlitos.

Isabel: ¿Sabes qué? Que ahora mismo voy a dar parte a las autoridades sobre ti… (Se acerca al teléfono de la mesilla)

Samantha: ¿A dónde crees que vas tú desgraciada? (Agarrando el teléfono lo lanza con rabia contra la pared y este se rompe en pedazos) Tú no vas a llamar a nadie. Esto lo vamos a solucionar aquí y ahora… (Abriendo su bolso)

Isabel: No te tengo miedo ninguno. Tú me traicionaste, te enredaste con Saúl cuando sabías que era mío. M-I.O. (Desafiante)

Samantha: ¿No me tienes miedo? (Sacando una pistola) ¡Pues deberías tenerlo! (Apuntándola)


GUADALAJARA, MEXICO


En la terraza de la cafetería, Alicia y Carlos prosiguen platicando.



Alicia: De veras que tienes unas cosas….

Carlos: Anda, dime que sí. Sería un buen lugar donde darte a conocer a mi familia. Estoy seguro que mi madre cambiaría de opinión respecto a ti.

Alicia: Ya… ¿Y si no es así, qué? A poco y es capaz de echarme a patadas de la iglesia.

Carlos: No va a pasar nada de eso. Yo mismo hablaré con ella sobre esto.

Alicia: Mmm…

Carlos: Por favor…

Alicia: ¡Bueno, bueno, está bien! Iré contigo pero que conste que casi voy obligada, y encima con prisas…. A ver donde y cuando me compro yo el traje para la dichosa boda ahora… Eso se avisa con más tiempo… ¡Hombres!

Carlos: Jajajajaja (Sonríe)

Alicia: ¡No te rías, menso, que no tiene gracia! (Molesta)

Carlos: Yo que lo único que quiero es que mi familia te conozca y te acepte y tú pensando en trapos… Jajajaja.

Alicia: Sí ríete, ríete…¿Cuándo dices que es la boda de Liliana?

Carlos: Este sábado.

Alicia: Uff…. Sólo quedan tres días. Al final me toca ir con un saco de patatas… lo que yo te diga.

Carlos: Jajajajaja, eres tremenda, jajajajaja.

Alicia: ¿Sí verdad? (Se le salta la risa) Estoy un poco loca la verdad… ¡Pero loca por tu culpa! Jajajaja.

Carlos: Te quiero. (Sonríe)

Alicia: Y yo a ti (Sonríe) Todavía no sé como voy a hacer para decirle a mi padre que tu y yo…

Carlos: ¿Qué tu y yo qué?

Alicia: Que estamos juntos. (Sonríe) A poco y se enoje conmigo de nuevo.

Carlos: No lo creo.

Alicia: ¿Sabes que hizo con el cuadro que me compraste de regalo para él en París?

Carlos: No, ¿Qué hizo?

Alicia: Guardarlo en el desván por no tirarlo, y todo porque te tenía manía… Para que veas.

Carlos: Jajajaja, menos mal que no lo botó a la basura. Mira que me costó una plata… (Se burla)

Alicia: Si no veas cuanta, si era de esos de mercadillo callejero ambulante, por favor…

Carlos: Jajajaja.

Alicia: Tú también, hijo, te podías haber lucido un poco más. No sé haber comprado algo más… más chic, más “fisno” (Burlándose) Más caro, también…

Carlos: Estás loca, jajaja.

Alicia: Si, pero loca por ti, tonto. (Se acerca a él y le roba un beso) Te quiero (Sonríe)

Carlos: Mmm… me ha sabido a poco…

Alicia: ¿Otro más?

Carlos: Sí, otro más (Sonríe como un niño tierno pero pícaro a la vez)

Alicia: ¿Otro más? (Le besa) ¿Así? (Sonríe dulce)

Carlos: Quiero muchos besitos… muchos, muchos… (Sonríe)

La joven vuelve a besarle de nuevo, Carlos la agarra y continúa el beso sin dejar que ella se retire. Ambos se dejan llevar mientras se besan, muy juntos, sentados a la mesa en una romántica terraza en la plaza de la catedral de Guadalajara. Mientras, escuchamos música. La pareja se besa una y otra vez, con amor, con pasión pero a la vez con mucho cariño y ternura.

Cristian Castro – Por amarte así

Siempre serás la niña que me llene el alma
Como un mar inquieto, como un mar en calma
Siempre tan lejana como el horizonte
Gritando en el silencio tu nombre en mis labios
Solo queda el eco de mi desengaño
Sigo aquí en mi sueño de seguirte amando
Será, será como tú quieras pero así será
Si aun tengo que esperarte siete vidas más
Me quedaré colgado de este sentimiento…

Carlos y Alicia se levantan de las sillas y se disponen a dar un paseo por el centro de Guadalajara. Ambos conversan, bromean, se hacen cosquillas, se ríen, se dan de la mano. En un puesto de flores, Carlos le compra una rosa roja a Alicia. Ella sonríe, ambos se dan la mano mientras caminan por el centro histórico de la ciudad como una feliz pareja de enamorados. Por fin están juntos de nuevo. Y la canción de la pareja protagonista sigue y sigue…

Cristian Castro – Por amarte así

Por amarte así, es esa mi fortuna es ese mi castigo
Será que tanto amor acaso está prohibido
Y sigo aquí muriendo por estar contigo…
Por amarte así, a un paso de tu boca y sin poder besarla
Tan cerca de tu piel y sin poder tocarla
Ardiendo de deseos con cada mirada
Por amarte así, por amarte así, por amarte…


Carlos: Te amo (Se besan)

Alicia: Y yo a ti (Se besan de nuevo)



MIAMI, ESTADOS UNIDOS


DEPARTAMENTO DE SAÚL

En el dormitorio de Saúl, Isabel sigue discutiendo con Samantha. La rubia le apunta con una pistola amenazando con disparar. Escuchamos música incidental.



Isabel: (Asustada) ¿Qué, qué haces? ¿Te volviste loca o qué? Haz el favor de bajar ese arma. (Nerviosa)

Samantha: Ay, pero mira como tiembla la ex ricachona “disque” casi divorciada… (Apuntándola con la pistola) Ni tú ni nadie me va a meter presa, antes muerta. ¿Me oyes? ¡Muerta!

Isabel: ¡Saúl! ¡Saúl, socorro, esta mujer está completamente desequilibrada!

Samantha: Tal vez… tal vez querida. Quizás yo termine mis días en un manicomio…

Isabel: ¡Estás loca! ¡Saúl!

Samantha: Pero tú vas a terminarlos… en el cementerio…

En ese momento, Samantha aprieta el gatillo y dispara a Isabel a bocajarro un tiro en el pecho. La venezolana cae al piso en el acto, mortalmente herida. Desde el salón, Saúl escucha el disparo, mientras oye la risa maquiavélica de Samantha. La rubia está mal de la cabeza, es una psicópata. Isabel muere a manos de su antes amiga en este último capítulo de la novela.

Samantha sale del dormitorio ya vestida y se cruza con Saúl, quien tambien está ya vestido.

Saúl: ¡Isabel! ¡Isabel! ¿Qué has hecho Samantha? ¿Qué has hecho?

Al mismo en que la rubia se marcha del departamento, Saúl se encuentra en su dormitorio el cuerpo de Isabel tendido en el suelo en mitad de un gran charco de sangre. Saúl, muy nervioso y sin saber que hacer, se lleva las manos a la cabeza. Acto seguido agarra una pequeña maleta y rápidamente mete varias prendas de ropa. Saúl piensa fugarse de Miami para evitar sospechas en su contra. Inmediatamente el villano agarra el cochecito de su hija, y con maleta y bebé a cuestas cierra la puerta del departamento para no volver nunca más.


GUADALAJARA, MEXICO


CASA DE ALICIA

En la humilde casita de la familia Molinos suena el timbre. La mexicana se dispone a abrir la puerta y se encuentra de frente con Claudia, la madre de Carlos.



Claudia: Buenas tardes…

Alicia: Se… ¡Señora Claudia! (Sorprendida) ¿Qué hace usted en mi casa?

Claudia: Tengo que hablar contigo…

Alicia: ¿Conmigo, por qué?

Claudia: Acabo de platicar con mi hijo en la hacienda acerca de ti. Carlos me ha dicho que has vuelto con él.

Alicia: Sí, así es… imagino que usted no está de acuerdo con esa decisión… ¿O me equivoco?

Claudia: Lamento decirte que te equivocas…

Alicia: ¿Qué?

Claudia: Mira Alicia… estos días lo he pensado mucho y desde que supe todo el engaño de Isabel y su verdadera cara…

Alicia: Ah, así que era eso… (Orgullosa)

Claudia: No es lo que estás pensando. Sé que fui muy dura y muy injusta contigo pero compréndeme, yo quería lo mejor para mi hijo. Ahora sé que estaba equivocada. Isabel no era la mujer para Carlos, en cambio tú…

Alicia: No la entiendo, señora, la verdad… Hasta hace poco me odiaba y ahora me viene a mi casa y me dice todo esto…

Claudia: Por favor, Alicia, si estoy aquí es para pedirte perdón. Sé que tal vez no tenga derecho a ello pero también sé que he actuado mal. Cuando supe que mi hijo engañaba a su esposa, aquello me hizo perder la razón. Yo creía que tú estabas rompiendo su matrimonio. Entiéndeme.

Alicia: Si yo la entiendo señora, la entiendo pero es que… ay no se. No sé que decirle.

Claudia: Una madre quiere lo mejor para sus hijos. El día que seas madre me entenderás.

Alicia: (Pensativa) Lo sé…

Claudia: Escúchame, si no quieres hacerlo por mí, al menos hazlo por Carlos. Sé que le amas, y él te ama a ti. Eso es lo único que importa ahora. Yo no me voy a oponer a su relación, te lo prometo.

Alicia: ¿En serio? ¿De verás acepta que Carlos y yo estemos juntos?

Claudia: Sí, pero con una condición...

Alicia: Usted dirá…

Claudia: Qué vengas a comer un día a la hacienda. (Sonríe)

Alicia: Ay doña Claudia… (Emocionada)

Claudia: Anda, hija, tutéame, ahora somos suegra y nuera.

Alicia: Gracias (Sonríe)


DÍAS DESPUES…

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS


CATEDRAL DE SAN PATRICIO


En la hermosa y neogótica catedral de San Patricio, en pleno centro de la cosmopolita ciudad de Nueva York, se celebra el enlace matrimonial entre Liliana y su novio Patrick. A la boda acuden multitud de amigos y familiares. Entre ellos destacan su madre doña Claudia, su hermano Miguel con su ahora novia Sonia y también Carlos con Alicia, quien recordemos aceptó acudir a la ceremonia en este día. También entre los presentes está Nieves, la verdadera madre de Carlos quien ha acudido a Nueva York, invitada por Liliana. Todos muy elegantemente vestidos asisten desde los bancos del templo a una bonita boda en la Gran Manzana.



Dentro de la catedral, el cura encargado de oficiar la ceremonia da la bendición que pone punto final al enlace.

Cura: Y yo los declaro, marido y mujer… Puede besar a la novia.

El “gringo” Patrick y Liliana se besan ante la mirada de más de 200 invitados. En los bancos doña Claudia sonríe feliz por ver a su hija casar. Mientras Miguel y Sonia, tomados de la mano se miran y sonríen mientras observan a la pareja de recién casados. Al otro lado de doña Claudia, Carlos y Alicia se besan y sonríen mirando a Liliana y Patrick, compartiendo su felicidad.

A la salida de la catedral, doña Claudia se acerca a Alicia…

Claudia: Quería disculparme por haberte juzgado mal, hija… Fui muy dura contigo, pero estaba muy engañada con Isabel. Ahora me doy cuenta de que tú si eres la mujer indicada para Carlos.

Alicia: Gracias señora… Espero que podamos llevarnos bien y bueno… sólo quiero hacer feliz a su hijo.

Carlos: Tan feliz como yo a ella, mamá. No sabes cuanto me alegro de que hayas aceptado nuestra relación.

Claudia: Estoy segura que tu padre que en Paz descanse, nos está viendo hoy desde donde esté y es feliz igual que yo. Sí tu eres feliz, hijo, yo también lo soy.

Carlos: Lo sé, mamá. Te quiero… (Se abrazan, mientras Alicia les mira)

A lo lejos, Nieves, se siente desplazada, sin poder decirle a Carlos que su verdadera madre no es Claudia sino ella. Justo en ese momento Miguel y Sonia se acercan a ellos entre la multitud de invitados que van saliendo del templo poco a poco.

Miguel: ¿Qué tal Alicia? Es un placer conocerte y que hayas aceptado venir a la boda de mi hermana Liliana.

Alicia: Gracias Miguel. (Sonríe)

Sonia: Ay amiga, estoy tan contenta. Mira, terminamos las dos con los dos hermanos, jajaja.

Carlos: Jajajaja, parece de película ¿Verdad mi amor?

Alicia: Sí, jajaja. Estoy muy feliz, por fin Carlos y yo podemos amarnos sin que nada ni nadie se oponga a nuestra relación.

Claudia: Yo sólo quiero que mis hijos sean felices y si de verdad ustedes son las mujeres para ellos, yo lo respeto. Son bienvenidas a la familia, de verdad. (Sonríe)

Miguel: Lo sé, mamá. ¿Sabes? Queríamos daros una noticia Sonia y yo esta tarde…

Aparecen los novios, Liliana y Patrick.

Liliana: ¿Una noticia? ¿Qué noticia, hermanito?

Patrick: Eso, ¿De que se trata?

Miguel: Bueno la verdad es que en realidad son dos noticias.

Carlos: Tú dirás, nos tienes en ascuas, hermano.

Miguel: ¡La primera es que ya tengo trabajo!

Claudia: ¿De veras, hijo? ¿Dónde?

Miguel: La próxima semana comienzo a trabajar como piloto comercial para American Airlines. (Sonríe)

Carlos: Pero Miguel eso es fantástico. Es lo que tú querías ¿No? (Sonríe) ¡Venga un abrazo!

Miguel: Jajaja. Sí, estoy muy feliz pero hay algo más… (Mirando a Sonia)

Sonia: ¿Se lo dices tú o se lo digo yo, cariño?

Miguel: ¡Sonia está embarazada, vamos a ser padres! (Sonríe)

Alicia: ¡Ay que bueno, amiga, felicidades!

Claudia: ¡Hijo, pero que alegría! Ven que te doy un beso, mi vida. (Le besa en la mejilla)

Carlos: Enhorabuena, Miguel. (Sonríe) Les deseo lo mejor.

Patrick: Igualmente, me pido ser el padrino.

Carlos: Ni hablar, eso me corresponde a mí que para eso soy el hermano… Jummm.

Todos ríen a carcajadas, pero alguien interrumpe la conversación familiar. Es Nieves quien no ha podido resistir escuchar toda la charla desde un discreto segundo plano.



Nieves: Felicidades señorita Liliana, señor Patrick. (Sonríe) Doña Claudia, ¿Podemos hablar un momento, por favor?

Claudia: Sí Nieves, dime.

Nieves: A solas…

Claudia: Lo que tengas que decirme bien puedes hacerlo delante de mis hijos, con confianza, no hay problema.

Nieves: Está bien… como usted quiera…

Carlos: ¿Qué pasa Nieves?

Nieves: Lo siento pero ya no puedo seguir guardando este secreto más. Se me parte el corazón cada vez que le veo, que le escucho… y…

Claudia: ¡Nieves! (Mirándola con gesto amenazante)

Nieves: Hay algo que usted debe saber, don Carlos, bueno que todos deben saber… Creo que ha llegado el momento de la verdad.

Alicia: No entiendo, nada… ¿De qué hablas Nieves?

Claudia: De nada, yo creo que Nieves está desvariando. La edad, ya saben…

Carlos: No, déjala que hable, mamá, déjala.

Nieves: Hace más de 35 años que yo llegué a Miami para buscarme una vida mejor. Cuando llegué de México apenas era una jovencita ingenua y…

Claudia: Ay por favor, no estamos para cuentos del año de la nana, por favor… Vamos a ir saliendo de la iglesia que se hace tarde…

Nieves: Déjenme terminar, por favor…

Carlos: Sigue, Nieves… (Atento)

Nieves: Apenas era una pobre chamaca sin estudios, sin dinero… Estaba embarazada pero mi novio de México me abandonó cuando se enteró de la noticia y me ví obligada a venirme a los Estados Unidos para darle un futuro a mi hijo.

Miguel: Nieves, todo eso está muy bien, siento que hayas tenido una vida tan dura pero… ¿A qué viene el contarnos todo esto aquí y precisamente hoy?

Nieves: Cuando dí a luz no tenía como mantener a ese niño y me ví obligada a darle en adopción a una familia.

Carlos: Lo siento… (Triste) ¿Y no has tratado de buscarle durante todos estos años?

Nieves: Siempre estuve presente en su vida… siempre… (Rompiendo a llorar)

Claudia: Nieves… (Amenazante)

Nieves: ¡Ya no me importa nada, señora! ¡Nada! Llevo años callando y no puedo más. Carlos ese hijo que yo tuve que entregar… ¡Eras tú! ¡Tú!

Carlos: ¿Quéee?

Todos se quedan sin palabras, sin saber como reaccionar hasta tan inesperada noticia.


MIAMI, ESTADOS UNIDOS


DEPARTAMENTO DE SAMANTHA

La desequilibrada Samantha se pinta los labios en el cuarto de baño, mirándose al espejo y sonriendo. La explosiva rubia habla sola con su reflejo.



Samantha: El viejo Eladio no fue más que la primera víctima de mi venganza… pero nada ni nadie va a impedir que siga con mis planes hasta acabar con los Álvarez. Esa maldita familia no sabe la que les espera todavía… pero muy pronto van a saber quién es realidad Samantha Arriaga (Sonríe, mientras se pinta los ojos) Voy a destruirlos a todos… ¡A TODOS! ¡jajajaja!


NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS


Dentro de la catedral de San Patricio, la familia Álvarez continúa atónita ante la dramática e inesperada historia de Nieves.

Nieves: Carlos es mi hijo, yo soy su verdadera madre. (Emocionada)

Sonia: Madre mía… (Sorprendida)

Alicia: ¿Es eso cierto Nieves?

Carlos: No esto no puede ser verdad, no puede…

Claudia: ¡Nieves! ¿Te volviste loca o que diablos te pasa? Te dije que…

Carlos: ¡O sea que es cierto! ¡Tú lo sabías todo y nunca me dijiste la verdad! ¿Qué significa esto mamá! ¡Habla! (Enojado)

Claudia: Hijo… yo… yo…

Nieves: Por favor, Carlos no la regañes. No fue solo su culpa, también fue mía.

Carlos: Pero… pero… (Emocionado) ¿Cómo quieren que me tome algo así, a mi edad? ¿Cómo?

Claudia: Hijo, por favor, perdóname… Ni tu padre ni yo tuvimos el valor de decirte la verdad pero lo que si es cierto es que te criamos con mucho amor, como si fueras nuestro propio hijo. (Se le saltan las lágrimas)

Liliana: No puedo creerlo… Esto tiene que ser una broma…

Patrick: No parece, mi amor… Es en serio. Nieves es la madre de tu hermano.

Nieves: Yo sé que nunca me va a ver como una madre, pero… al menos… al menos… (Llorando)

En ese instante Carlos se acerca a Nieves y la toma de la cara con ambas manos.

Carlos: No llores, por favor… no por mí. (Triste)

Nieves: Hijo… cariño… (Llorando) Por favor no me odies por esto, por favor…

Carlos: (Sonríe) No, nunca podría. Siempre estuviste pendiente de mí cuando era niño. Recuerdo cuando trabajaste en la casa como niñera, conmigo y con mis hermanos.

Miguel: Claro, Nieves, ¿Cómo olvidarlo?

Liliana: ¿Quién me hacia los vestidos de las muñecas? ¿Eh? ¿Quién era la mejor costurera? (Sonríe)

Nieves: Chicos… (Sonríe emocionada)

Carlos: Escúchame, Nieves, te voy a proponer una cosa.

Nieves: Usted dirá, señor…

Carlos: Lo primero, háblame de tú. Y lo segundo es que… si tu quieres, puedes venirte a vivir con Alicia y conmigo a México, a la hacienda “Los Naranjos”. ¿Qué dices?

Nieves: En… ¿En serio? (Limpiándose las lágrimas)

Carlos: Claro que hablo en serio. Quiero conocerte más, quiero que pases tiempo con nosotros allá y quiero que… (Acercando a Claudia y a Nieves) Quiero que las dos se lleven bien, aunque sea háganlo por mí.

Claudia: Está bien….

Carlos: Dicen que madre no hay más que una pero para mí las dos lo son por igual.

Nieves: Hijo… (Emocionada)

Alicia: Si es que Carlos es un amor, por qué se creen que estoy yo con él. ¿Ah? Que una será lo que sea, pero boba no es…

Todos ríen a carcajadas, mientras finalmente salen juntos de la iglesia. Los novios salen los últimos y una lluvia de arroz y confeti cae desde el cielo.



UN MES MAS TARDE


BUENOS AIRES, ARGENTINA


Un hombre pasea con un coche de bebé por las céntricas calles de la capital argentina. Saúl y su hija Mireia han iniciado una nueva vida lejos de Miami. Tras la muerte de Isabel, Saúl decidió fugarse del país para no volver nunca más por temor a la justicia. Tanto él como la pequeña Mireia han salido adelante a pesar de todo.




GUADALAJARA, MEXICO


HACIENDA “LOS NARANJOS”


Es de noche. En el dormitorio principal de la mansión, una pareja hace el amor entre las sábanas, desnudos con la única luz de la luna iluminando la habitación desde la ventana. Son Carlos y Alicia, nuestros protagonistas. Ambos se besan, se aman y vuelven a vivir la pasión y el amor que un día marcó sus vidas. Ambos se entregan al deseo sin medida. Por fin Carlos y Alicia son felices juntos.



En la cama, Alicia, recostada sobre el pecho de Carlos, le acaricia con su mano derecha, mientras él acaricia el cabello de la joven con ternura. La pareja de enamorados conversa entre las sábanas después de una noche de amor y pasión sin límites.

Alicia: Te amo, mi vida. Soy tan feliz… (Sonríe)

Carlos: Y yo a ti, mi amor. (Se besan) ¿Sabes? Hay algo que quería decirte pero no he encontrado el momento de hacerlo. No soy bueno para estas cosas pero…

Alicia: ¿Pero qué, cariño? (Le da un apasionado beso en los labios)

Carlos: ¿Quieres casarte conmigo? (Sonríe tierno)

Alicia: ¿En serio, Carlos? (Se miran a los ojos, sonríen felices)

Carlos: Claro que es en serio. Había pensado que tal vez te gustaría que fuera aquí en la hacienda…

Alicia: ¿Por la iglesia?

Carlos: Sí, ya sabes que al enviudar de Isabel… si puede ser por la iglesia.

Alicia: Siento mucho que terminara así… no le deseo la muerte a nadie… Todavía no entiendo como pudo pasarle algo así.

Carlos: No lo sé… la policía dijo que la encontraron en el departamento de Saúl, pero de mi primo no hay rastro, ni de él ni de su hija.

Alicia: Tal vez se marchó del país… ¿Quién sabe?

Carlos: No lo sé… ahora lo único que me importa somos tú y yo, señorita. (Se besan)

Alicia: ¿Ah sí? ¿Con que sólo tu y yo eh? Mmmm… ¿Qué estas pensando? (Sonríe)

Carlos: Que la noche es muuuuuy larga y que podríamos… bueno usted sabe…

Alicia: Nooo, yo no se nada… (Burlándose) Soy muy inocente e ingenua…

Carlos: Jajajaja. ¿Con que inocente e ingenua eh? Sí, sí… (Se burla) Eso no es lo que me ha parecido a mí hasta hace bien poco…

Alicia: ¡Oyeee! (Finge molestarse) ¡Pero serás malo! No me irás a decir que no te gustó… ¿O qué prefieres, que sea una monjita…? (Burlándose)

Carlos: ¡Ni hablar! (Abrazándola y besándola con amor)

Alicia: Ok, más te vale… jummm…

Carlos: Jajaja. Anda ven acá… Ahora si que vas a saber tú lo que es bueno (Comienza a hacerle cosquillas)

Alicia: ¡Nooo, Carlooos, noooo! Jajajaja !!Nooooo!!

Carlos: ¿Qué, qué? ¿Ahora quien puede mas, ah? Jajajaja (Sigue haciéndole cosquillas)

Ambos juegan en la cama, desnudos, entre las sábanas, bromeando, muy enamorados y felices.

Alicia: Te quiero. (Sonríe)

Carlos: Y yo a ti (Sonríe, se besan)

(Aviso: Escena no recomendada a menores de 18 años)

En ese momento Carlos comienza a besarla más y más, ambos se giran, quedando él sobre ella. Se abrazan, mientras Carlos recorre con su boca los labios de Alicia, su cuello, sus pechos, su vientre… todo su cuerpo una y otra vez, lentamente. Ella se deja llevar por el amor y la pasión. Ambos se besan, se aman sin pausa, con mucha ternura y a la vez con deseo. Carlos devora sus senos con ganas, mientras Alicia gime y se deja amar por su hombre. La joven se entrega a la pasión y al deseo sin importarle nada, Carlos recorre su cuerpo a besos. Ella responde, acariciando su espalda, besando todo su pecho, recorriéndolo con su boca, acariciando sus brazos con sus manos, sin dejar ni un solo rincón de su cuerpo en el olvido.

Carlos comienza a hacerle el amor, muy despacio, entrando en Alicia una y otra vez, con ganas, con deseo pero a la vez con mucho amor. Alicia se deja querer, vuelve a sentirse mujer en brazos de Carlos, su mujer, la única mujer que le hace sentir un deseo incontrolable. Mientras, él continúa haciéndola suya, una y otra vez, sin descanso. Llegando hasta el último rincón de la joven, recorriendo cada centímetro de su piel con sus manos y sus labios. Alicia y Carlos se entregan al placer, mientras se aman durante toda la noche, haciendo el amor de varias formas. Ahora es ella quien sobre él domina la situación, así le hace sentir su hombre, sólo suyo, mientras Carlos la agarra de las caderas y observa sus pechos con deseo. Alicia se acerca a él para entregárselos a su boca, mientras Carlos la toma de la cintura y ambos se funden en uno sólo, haciendo el amor una y otra vez en la penumbra de esa habitación.

Carlos: Te amo (se besan)

Alicia: Y yo a ti… (Sonríe)

Alicia, sobre Carlos, recorre con sus manos y su boca todo el pecho de él. Nuestra pareja protagonista vive su amor en la intimidad, por fin libres de todo obstáculo, juntos para siempre. Escuchamos música.

Cristian Castro – Por amarte así

Por amarte así, es esa mi fortuna es ese mi castigo
Será que tanto amor acaso está prohibido
Y sigo aquí muriendo por estar contigo…
Por amarte así, a un paso de tu boca y sin poder besarla
Tan cerca de tu piel y sin poder tocarla
Ardiendo de deseos con cada mirada
Por amarte así, por amarte así, por amarte…


MESES DESPUES

GUADALAJARA, MÉXICO


La familias Álvarez y Molinos se reúnen en la catedral de Guadalajara para asistir a la boda de Carlos y Alicia. En los bancos del templo se encuentran todos los familiares y amigos de la pareja. Miguel y su novia Sonia, embarazada ya de 6 meses; Por otro lado doña Claudia en compañía de Nicolás (padre de Alicia) y de Nieves (La madre biológica de Carlos). También asisten al enlace Liliana y su marido Patrick, así como Joaquín (el hermano de Alicia) acompañado por una guapa chica joven de cabello oscuro, suponemos que su novia de turno. Don Nicolás es el padrino de boda, mientras que Liliana es la madrina. Carlos tomó la decisión de no elegir a ninguna de sus dos madres para evitar conflictos. Aparte de los más allegados, un total de unas 300 personas asisten a la ceremonia en la catedral de Guadalajara.



Ante el altar, los novios, vestidos muy elegantemente para la ocasión escuchan al sacerdote que oficia el matrimonio de los protagonistas. Carlos y Alicia se miran, él con un traje negro, camisa blanca y corbata roja. Ella con un bonito vestido de novia blanco, sencillo pero elegante y un largo velo. Ambos sonríen felices y muy enamorados. Carlos le guiña un ojo a Alicia, mientras ella sonríe y le acaricia la cara. Mientras en los bancos, todos los asistentes presencian la ceremonia.



Cura: Alicia Molinos… ¿Quieres a Carlos Álvarez como tu legítimo esposo, en las alegrías y en las penas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad y prometes amarle y respetarle todos los días de tú vida?

Alicia: (Mirando a Carlos, sonríe) Sí, quiero.

Cura: Carlos Álvarez… ¿ ¿Quieres a Alicia Molinos como tu legítima esposa, en las alegrías y en las penas, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad y prometes amarla y respetarla todos los días de tú vida?

Carlos: Sí, quiero (Mirando a Alicia, sonríe)

Cura: En el nombre de Dios, yo os declaro… marido y mujer. Puede besar a la novia.

En ese momento Carlos y Alicia se abrazan y se besan apasionadamente delante de todos los invitados. Ambas familias, así como todos los allí presentes aplauden. Incluso Joaquín se atreve a lanzar un grito…

Joaquín: ¡Vivan los novios!

Pero justo en el mismo instante en que Joaquín termina su frase, aparece en la iglesia una mujer… Unas misteriosas piernas avanzan a paso lento por el pasillo central del templo. De repente vemos a Samantha, muy seria y desafiante, pero a la vez elegantemente vestida de negro, llegar hasta el altar. Todo el mundo voltea la mirada hacia esta desconocida. Todo el mundo, incluidos los recién casados.



Samantha: Qué bonita boda… mi más sincera enhorabuena… (Sonríe)

Alicia: ¿Carlos, quién es esta mujer?

Carlos: No lo sé…

Desde el banco de en frente doña Claudia alza la voz.

Claudia: ¡Es Samantha! ¡Samantha Arriaga, la hija bastarda de tu padre!

Carlos: ¿Quéee?

Todos se quedan sorprendidos, vemos los rostros de cada uno de los familiares de los novios. El silencio se apodera de la catedral.

Samantha: No podía por nada del mundo perderme la boda de mi hermano… ¿No creen? Pero antes de felicitarles, quería que supieran que si estoy aquí hoy es para desenmascarar delante de todo el mundo a una mujer que les ha tenido engañados durante años…

Claudia: ¡Ya basta! ¡Saquen a esa mujer de aquí!

Samantha: ¡De aquí no me voy a mover hasta que toda su familia y todos los aquí presentes sepan la clase de mujer que es usted!

Carlos: ¿De qué diablos está hablando?

Samantha: Aquí donde la ven, su señora no es la dama que todos creen…

Alicia: ¿Qué insinúa?

Samantha: Qué todo el mundo se entere… doña Claudia Álvarez Gallardo… ¡Es una asesina!

Escuchamos música incidental, los invitados no dan crédito a lo que acaban de oír. Doña Claudia se queda muda y avergonzada, sin saber como reaccionar.

Carlos: ¡Eso es mentira! ¡Mi madre sería incapaz de hacerle daño a nadie!

Samantha: Ella mató a mi madre en venganza por ser la amante de Eladio y juro por Dios que hoy me las va a pagar… (Sacando una pistola del bolso).

Las más de 300 personas que abarrotan la iglesia se asustan y tratan de agacharse por temor a un posible disparo. Todo el mundo se encuentra en tensión por la inesperada situación. Samantha apunta a doña Claudia con el arma. Todos se quedan paralizados. Alicia y Carlos tampoco saben qué hacer. La situación es muy tensa y angustiosa.

Claudia: ¡Yo no maté a tu madre! ¡Lo juro! Hijo, por favor créeme. Yo no la maté. Esta mujer está completamente loca. Estoy segura que ella estuvo tras la muerte de tu padre.

Samantha: ¡Sí! ¡Sí! ¡Yo le maté! ¡Yo puse fin a la vida de ese maldito miserable!

La gente se queda alucinada con la confesión. Carlos mira a Samantha y a Alicia alternadamente. Alicia no entiende nada. En ese momento Carlos le hace una señal a Miguel, quien desde los bancos llama a la policía desde su celular. Samantha no se da cuenta.

Samantha: Y usted va a ser la siguiente en la lista…(Mirando a Claudia) Ya llevo cuatro… total una más… (Sonríe)

Alicia: ¿Cuatro? Ay Dios mío…. (Asustada) Carlos, tu hermana no está bien de la cabeza. Hay que llamar a la policía.

Samantha: (Girándose para apuntar a Alicia) ¡Atrévete a moverte de ahí y te juro que no lo cuentas, estúpida! (Desafiante) ¡Sí, cuatro!, primero fue tu primita la entrometida de Marta, tuve que eliminarla para que no hablara.

Alicia: ¡Desgraciada! ¿Así que fuiste tú? ¡Yo te mato!

La mexicana, vestida de novia se avalanza contra Samantha pero Carlos la sujeta para impedir una tragedia.

Samantha: Jajajaja.

Alicia: ¡Miserable! ¡Asesina!

Samantha: Y bueno luego vino… luego vino don Eladio y la imbécil de Isabel que también quería delatarme.

Carlos: ¿Tú mataste a Isabel? Esto es increíble… (Alucinando)

Claudia: Yo no fui la culpable de la muerte de su madre, Carlos. Es cierto que descubrí la verdad hace años, desde que erais niños tus hermanos y tú supe que Eladio me engañaba con otra mujer. Poco tiempo después me enteré de que esa mujer había tenido una niña y fui a hablar con ella, pero yo no la maté.

Samantha: ¡Mientes!

Claudia: Tú madre se suicidó, eso fue lo que dijo la policía. Seguramente no soportó que mi marido la dejara y por eso…

Samantha: ¡Cállate! ¡Eso no es verdad!

Carlos: Yo creo que a mi madre…

Samantha: ¿Ah sí? ¿Ahora la vas a defender después de que a ti también te engañó haciéndote pasar por hijo suyo cuando en realidad lo eras de una criada? Jajajaja, ay por favor, esta familia está llena de estúpidos sin cerebro… (Apuntando a Claudia) Pero ya vamos a terminar con esto…

La rubia se dispone a disparar a doña Claudia pero justo cuando está a punto de apretar el gatillo, se oye un disparo. La policía irrumpe en la catedral matando a Samantha de un certero tiro en el pecho. La joven cae desplomada al piso, ante los gritos de varios asistentes. La gente está muy asustada. Alicia se abraza a Carlos muerta de miedo y rompe a llorar. En los bancos doña Claudia se desmaya y es atendida por Liliana y Miguel.



DOS AÑOS DESPUÉS…

HACIENDA “LOS NARANJOS”, MÉXICO


Carlos y Alicia pasean por los campos de naranjos de la hacienda, en compañía de un niño pequeño. Es Alejandro, el hijo de la pareja quien acaba de cumplir un año. Carlos carga al niño sobre sus hombros, mientras Alicia recoge unas naranjas en una cesta.



Carlos: Este año va a haber una buena cosecha, mi amor…

Alicia: Sí… ya estoy deseando que comience, esto se va a llenar de gente.

Carlos: Sabes… ¿Había pensado que podíamos festejar el primer año de Alejandrito aquí en la hacienda, con una gran fiesta. ¿Qué te parece?

Alicia: Me encanta la idea. (Sonríe)

Carlos: Te quiero

Alicia: Y yo a ti. (Se besan)

La pareja sigue paseando por los campos de naranjos. Alejandro ya en tierra corre por la hacienda, mientras su padre le persigue y juega con él, mientras Alicia les observa y sonríe feliz. Escuchamos música.

Marta Sánchez - Sigo Intentando

Y aquí, sigo intentando, borrar todo el pasado
de un amor que fue, todo lo que ves, no se cómo caminar
y aquí, sigo escapando, de tí, quiero encontrar otra vez mi verdad
la que un día más, me dará fuerzas para... continuar...

FIN