viernes, 1 de junio de 2012

Capítulo 12: Adiós papá



CAPITULO 12: ADIOS, PAPA

MIAMI, FLORIDA


HOSPITAL RONALD REAGAN MEMORIAL

En la sala de espera, Carlos se encuentra con su hermano Miguel, tras conocer la noticia de la muerte de su padre, don Eladio.



Carlos: ¡Miguel! ¡Hermano! (Triste y abatido por la noticia)

Miguel: ¡Carlos! (Ambos se abrazan fuertemente, mientras lloran por su padre)

Carlos: ¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha sido? (Llorando)

Miguel: No lo sé, yo acababa de entrar en su habitación y… Fue todo muy rápido, el doctor me ha dicho que papá lleva muerto una hora.

Mientras doña Claudia, Liliana y Patrick aparecen al mismo tiempo.



Claudia: ¿Y como es posible que en este maldito hospital no estén alerta con los enfermos? ¿Cómo?

Carlos: Voy a preguntar en recepción, a ver si puedo hablar con el doctor Herguedas…

Miguel: Creo que tiene una operación de urgencia ahora no puede atender a nadie, eso me ha dicho la chica de la ventanilla.

Carlos: Uff… (Resoplando)

Claudia: ¡Voy a denunciarle! ¡Esto es una negligencia!

Liliana: Mamá… (Limpiándose las lágrimas mientras Patrick la abraza contra su pecho, besando su frente)

Claudia: ¡Esto no puede ser! (Se le saltan las lágrimas) ¡Vuestro padre estaba bien hasta hace unas horas! ¿Cómo es posible que haya ocurrido esto? ¡Quiero hablar con el médico!

Liliana: Tranquilízate mamá, por favor… (Con lágrimas en los ojos)

Patrick: Don Eladio estaba muy mal, el doctor lo había dicho pero… es muy extraño que haya fallecido así, de repente…. ¿No lo creen?

Carlos: Lo mismo pienso yo, Patrick. Hasta hace nada mi padre se sentía mejor, sólo fue una crisis. Nadie se muere de cáncer así. Eso lleva tiempo…

Miguel: No sé que pensar… ¿Y si papá no murió por su enfermedad?

Claudia: ¿Qué insinúas, hijo? (Sorprendida)

Miguel: No sé, papá tenía muchos enemigos en esta ciudad, mucha gente envidiosa de su éxito, de nuestros hoteles, tal vez… bueno…

Carlos: ¿Estás pensando que alguien pudo matar a papá?

Liliana: Ay por favor, no digas tonterías Miguel. Estamos en un hospital, de haber sido así alguien se habría dado cuenta. ¿No creen?

Claudia: Mmmm (Pensando en Samantha en silencio, mientras sus tres hijos se miran entre sí)


DEPARTAMENTO DE ALICIA

En casa de Alicia, la mexicana se encuentra hablando por teléfono con su padre, quién está en su humilde casita de Guadalajara (México). En el salón, Alicia avisa a su padre de un cambio de planes.



Alicia: Así que ya lo sabes, no vengas mañana para Miami.

Nicolás: Pero hija, ya tengo la maleta hecha, los pasajes… Vas a perder todo el dinero que me enviaste para comprar el boleto de avión.

Alicia: No importa el dinero ahora, papá. (Con la voz entrecortada) Yo te explico cuando esté en casa, pasado mañana regreso a México.

Nicolás: ¿Cómo así? ¿Qué ha pasado mi amor? ¿Qué te ocurre que te noto tan triste?

Alicia: Carlos me engañaba con su esposa… (Se le saltan las lágrimas) Se ha estado burlando de mí todo este tiempo…

Nicolás: Hija… (Triste)

Alicia: Quiero marcharme cuanto antes de acá. Desde que vinimos todo han sido problemas y ya no puedo más. No puedo.

Nicolás: ¿Y qué te dice tu hermano? ¿Has hablado ya con Joaquín de todo esto?

Alicia: Sí, se lo acabo de decir. Joaquín apoya mi decisión pero él prefiere quedarse. Por el trabajo, ya sabes…

Nicolás: ¿Y qué va a pasar con tu empleo, Alicia? Te fuiste a Miami con la ilusión de tener una vida mejor y mira como ha terminado todo…

Alicia: Lo sé, papá, pero ahora lo que menos necesito es que me regañes. No me siento bien. Sé que cometí un error al enamorarme de un hombre casado pero… yo le quería…

Nicolás: Y le quieres todavía.

Alicia: Sí… (Llorando)

Nicolás: Bueno pues no se hable más. Mañana cuando llegues a México me llamas por teléfono y yo mismo iré a buscarte al aeropuerto. Ya no llores, no merece la pena.

Alicia: Lo sé, papá. Gracias por ser así conmigo. Te quiero mucho.

Nicolás: Y yo a ti hija… y yo a ti. (Ambos cuelga los teléfonos)



DOS DÍAS DESPUES…

CEMENTERIO “SAINT JAMES”, MIAMI

En uno de los campos santos más importantes de la ciudad, se celebra el entierro de don Eladio Álvarez. Al evento acude toda la familia (Carlos, Claudia, Miguel, Liliana, Patrick), así como Isabel (la esposa de Carlos) y su primo Saúl.





Entre la multitud de invitados y asistentes al funeral, Carlos, oculto tras unas oscuras gafas de sol, arroja una rosa blanca sobre el féretro de su padre. Mientras, su hermana Liliana y su madre doña Claudia se abrazan, rotas de dolor, llorando desconsoladas ante la atenta mirada de Patrick, quién acaricia el cabello de su novia con ternura.

Cuando el ataúd es bajado a tierra, Miguel toma un puñado de arena y lo vierte sobre el féretro. Toda la familia llora la muerte de don Eladio, su esposa, sus hijos, su yerno…

Por su parte, Isabel y Saúl fingen abatimiento y dolor, un falso dolor ya que ellos siempre desearon la muerte de don Eladio. A partir de hoy toda su fortuna pasa a manos de sus hijos, en especial al mayor, Carlos. Acto seguido Isabel se acerca para consolar a su marido.

Isabel: Siento mucho lo de tu padre, mi amor… (Abrazándole, le da un beso en la mejilla)

Carlos: Gracias, Isabel…

Saúl: Lo siento primo, tu padre era un gran hombre… (Mintiendo)

Mientras los mozos terminan de enterrar el ataúd con los restos mortales de don Eladio, toda la familia Álvarez conversa entre sí, mientras varios familiares y amigos les dan sus condolencias y tratan de arroparles en estos duros y dolorosos momentos. Pero no todo el mundo ha acudido al cementerio por cariño a don Eladio… Entre la multitud, una mujer ataviada con un pañuelo negro y unas grandes gafas de sol les observa desde la distancia. Su sonrisa pícara y maquiavélica es inconfundible. Es ella, Samantha.


DEPARTAMENTO DE ALICIA

En la recámara de la joven, Alicia se despide de su gran amiga Sonia. La mexicana ya tiene las maletas hechas y está terminando de arreglarse para salir rumbo al aeropuerto de Miami.



Sonia: Te voy a echar mucho de menos, amiga… (Muy triste)

Alicia: Y yo a ti, Sonia. Incluso al pesado de mi hermano Joaquín pero es lo mejor para mí. Necesito poner distancia de por medio entre Carlos y yo.

Sonia: ¿Estás segura de lo que estás haciendo, Alicia?

Alicia: Sí, nunca he estado más segura de algo en toda mi vida.

Sonia: ¿Y qué voy a decirle a Carlos si me pregunta por ti en el hotel?

Alicia: La verdad, que me he marchado a México y que nunca más volverá a saber de mí. (Muy seria)

Sonia: Esta bien… como quieras…

En ese momento tocan a la puerta del dormitorio, es Joaquín.



Joaquín: ¡Alicia, el taxi acaba de llegar!

Alicia: OK, ya estoy lista. (Agarrando una maleta, se dirige a la puerta)

Joaquín: Deja que te ayudo (Agarrando la otra)

Sonia: Alicia… (Rompiendo a llorar)

Alicia: No llores amiga… por favor (Se abrazan)

Sonia: Que tengas buen viaje, no te olvides de llamarnos en cuanto llegues a Guadalajara.

Alicia: No te preocupes, lo haré. Además ya sabes que estás invitada a venir a verme cuando quieras.

Sonia: Yo sé. (Sonríe, entre lágrimas)


CENTRO COMERCIAL HIALEAH

Sentada en un banco, entre la multitud que abarrota el centro comercial a esa hora de la mañana, la ingenua Nieves ha acudido a la cita con Samantha donde tienen previsto hacer el intercambio del dinero acordado la noche anterior. Nieves mira de un lado a otro sin imaginarse quién puede ser la persona que está esperando… En ese momento aparece Samantha, vestida de negro, con el mismo pañuelo y las gafas del cementerio para no ser reconocida.



Samantha: Vaya, vaya… así que acudiste a la cita, Nieves querida… (Burlándose)

Nieves: ¿Quién es usted? (Nerviosa)

Samantha: A ti que te importa… ¿Trajiste el dinero que te pedí?

Nieves: Sólo puede reunir 3000 dólares. Es todo lo que tengo… (Triste)

Samantha: Mmmmm… (Decepcionada) Bueno, bueno, está bien… Más vale algo que nada… (Tomando el sobre con el dinero)

Nieves: ¿Por qué me hace esto? Yo soy una mujer humilde, apenas si puedo vivir con lo que gano con mi trabajo…

Samantha: Necesitaba dinero fácil y era la única manera de conseguirlo… Lo siento. (Burlándose)

Nieves: ¿Quién es usted? ¿Qué tiene que ver con la familia Álvarez? ¿Y cómo sabe que Carlos es mi hijo?

Samantha: Demasiadas preguntas, ancianita decrépita, demasiadas preguntas…

Nieves: Está bien, no me responda si no quiere, pero por favor no le diga a mi hijo la verdad. Se lo suplico…

Samantha: No te prometo nada… Lo siento (Se da la vuelta y se marcha del lugar)

Mientras, la pobre Nieves se queda afligida y preocupada. Sentada en el banco.



DEPARTAMENTO DE ALICIA

En el portal del edificio de apartamentos donde vive Alicia, la joven se dispone a subir al taxi rumbo al aeropuerto de Miami. Justo en ese preciso momento se encuentra con Saúl.



Saúl: Vaya, vaya… que casualidad, mira quién tenemos aquí. La mismísima Alicia Molinos…

Alicia: ¿Se puede saber que hace usted acá? (Con desprecio)

Saúl: Nada, sólo pasaba por aquí. Esta mañana me he enterado de que has roto con mi primo. Qué pena… (Burlándose)

Alicia: Eso no es asunto suyo. (Seria)

Saúl: Tal vez, preciosa, tal vez, pero… Bueno ahora que parece que te largas de una vez a tu país… Carlos va a seguir con Isabel. Recuerda que va a ser papá…

Alicia: Ya lo sé, no hace falta que me lo recuerde… (Con mal tono)

La chica guarda su equipaje en el maletero, mientras el taxista cierra la puerta trasera del coche. El conductor sube al auto mientras la joven aún sigue hablando con Saúl.

Saúl: ¿Te vas de vacaciones?

Alicia: Me voy a para no volver nunca más.

Al mismo tiempo en que Alicia y Saúl conversan junto al taxi, aparece un elegante coche negro, un BMW de alta gama. Es Carlos, quien llega para intentar hablar con Alicia por última vez y contarle que su padre ha fallecido. Carlos detiene el coche al verlos, aparcando a pocos metros, mientras les observa con recelo e intriga. No puede escuchar lo que dicen pero la curiosidad le puede.



Alicia: Ahora si me lo permite, tengo que irme. (Se dispone a subir al taxi)

Saúl: (Interponiéndose en medio) Pero espera, antes quería darte tu regalo de despedida… (Volteando a ver, Saúl sonríe al ver el coche de Carlos, todo es una trampa orquestada por Isabel)

Alicia: Ay por favor, deje ya de decir bobadas…

Saúl: (Tomándola de la cintura) ¿Sabes que siempre me has gustado?

Alicia: ¿Qué? ¿Pero qué hace? ¡Suélteme!

En ese mismo instante, Saúl le roba un beso a Alicia, beso que la joven no puede evitar. Saúl la abraza con fuerza, besándola con deseo. Desde el coche, Carlos no puede creer lo que está viendo. Nuestro protagonista siente que le hierve la sangre. Celos, decepción, dolor… Todo junto y mucho más pasa en segundos por su mente y su corazón. Carlos cree que Alicia le engañaba con su primo Saúl.


HOTEL IMPERIAL FLORIDA

En la puerta principal del hotel, Sonia llega como cada día para iniciar su jornada laboral y se cruza con Miguel, quien va de salida.



Sonia: ¡Hola! ¿Tu por acá? Pensé que ya te habías marchado…

Miguel: Hola… ¿Sonia, verdad? (Sonríe)

Sonia: Sí, Sonia, y tú eres… Miguel, el del parking del otro día. (Sonríe)

Miguel: Bueno, la verdad es que…

Sonia: ¿Sí? ¿Qué ibas a decir?

Miguel: Te mentí, no soy huésped del hotel… (Tocándose el cabello)

Sonia: ¿Ah no? ¿Y entonces? Oye si esto es una broma no tiene gracia. ¿Qué te estás burlando de mí o qué?

Miguel: No, no, claro que no… Por favor, déjame invitarte a un café y te cuento todo.

Sonia: Ni hablar… o me lo cuentas aquí mismo o yo no voy a ningún lado contigo.

Miguel: Está bien, está bien… La verdad es que me llamo Miguel Álvarez, soy el hermano de Carlos Álvarez, el director del hotel.

Sonia: ¿Quéeee? (Sorprendida)



DEPARTAMENTO DE ALICIA

Carlos arranca el auto, indignado, furioso, presa de los celos y la ira. Acaba de presenciar como la mujer que ama se besaba con Saúl en plena calle. Carlos no puede creer lo que ha visto, por su mente se repiten una y otra vez las imágenes del beso. Al volante, Carlos rompe a llorar, llora por amor, sin presenciar el momento en que Alicia le da una cachetada a Saúl y se sube al taxi furiosa.






HOTEL IMPERIAL FLORIDA

A las puertas del hotel, Miguel termina de contarle su historia a Sonia.



Miguel: Y eso es todo… mi padre falleció hace un par de días.

Sonia: Lo siento… Dios mío y yo que pensaba que eras un abusador, un…

Miguel: (Sonríe) Perdóname por no haberte dicho antes la verdad. Sólo que el día que te conocí en el parking del hotel pues…

Sonia: ¿Por qué no me dijiste que eras hijo de don Eladio?

Miguel: Porque todas las chavas cuando les digo quién soy se me avientan como abejas a la miel.

Sonia: Jajajajaja, qué vanidoso.

Miguel: No, no es por lo que tú estás pensando. Es que al saber que mi familia es de buena posición pues…

Sonia: Te quieren por el dinero, hablando claro.

Miguel: Eso es… Y yo no quería que me pasara lo mismo contigo.

Sonia: ¡Oyeeee! Que yo no soy ninguna interesada, me ofendes ¿eh? (Molesta)

Miguel: Lo siento, no me expliqué bien. La verdad es que no sería un buen profesor. A poco todos mis alumnos serían menos zoquetes que yo. (Sonríe)

Sonia: Jajaja. Eres muy gracioso. ¿Sabes? (Sonríe, se miran a los ojos)

Ambos se pierden en un cruce de miradas y sonrisas. Él observa los labios de Sonia, mientras ella le mira directamente a los ojos. Escuchamos música.

Lucero – Corazón Apasionado

Corazón apasionado, que revive entre tus brazos
Con tus besos, tus caricias, tu amor y tu sonrisa…
Corazón apasionado, que me guía cada día
Que contiene el latido, el amor y mi destino, oh, oh, oh…
Tú supiste conquistarlo y yo siempre seré toda para ti…


GUADALAJARA, MÉXICO


AEROPUERTO DE GUADALAJARA

En el área de llegadas, don Nicolás espera con impaciencia a su hija Alicia. Las puertas se abren y comienza a salir multitud de gente, pasajeros de diversos vuelos internacionales. Nicolás trata de localizar a su hija entre ellos. Al final, Alicia aparece con sus maletas, muy cansada y triste.



Nicolás: ¡Hija! ¡Hija, estoy aquí! ¡Alicia!

Alicia: ¡Papá! (Soltando las maletas, corre a abrazar a su padre)

Nicolás: Hija mía, cariño. Pero qué guapa estás. (Dándole dos besos en las mejillas)

Alicia: Ni tanto papá… Solo tengo ganas de llegar a la casa, acostarme y dormir hasta mañana.

Nicolás: Siento todo lo que ha pasado, pero ya estás de nuevo acá, conmigo. Este es tu sitio, Alicia, México. Como en casa no vas a estar en ningún lado. (Abrazándola)
Alicia: Lo sé… (Sonríe tímidamente)

Nicolás: Bueno ¿Y que tal tu hermano?

Alicia: Joaquín está bien papá, tan mujeriego como siempre. Me dijo que esta noche había quedado con una chava para salir, ya le conoces. Es un picaflor.

Nicolás: No sacamos carrera de él… (Resignado)

Alicia: Y bueno, pues como en el trabajo del hotel le pagan bien, pues decidió quedarse. Ya sabes que no le gustaba la vida acá. Su sueño siempre fue vivir en Estados Unidos.

Nicolás: Sí, lo se… Oye cambiando de tema… ¿Sabes a quién me encontré hoy al venir para acá en la camioneta?

Alicia: No… ¿Quién?

Nicolás: Andrés Peñasanta ¿Te acuerdas de Andrés?

Alicia: Andrés Peñasanta… Andrés Peña…. ¡Ah sí! Aquel amigo de mi hermano cuando eran niños. Pero yo hace años que no le veo. ¿Qué tal le va?

Nicolás: Mejor que mejor hija, es dueño de una hacienda acá en Jalisco. Se dedica a la cría de ganado para carne.

Alicia: Ah, pues qué bueno. Me da mucho gusto.

Nicolás: Pero eso no es todo, está buscando alguien que le ayude con la administración del rancho y yo había pensado que tal vez tú…

Alicia: ¿Qué tal vez yo qué? Ay papá, ahora no tengo ganas de trabajar…

Nicolás: ¿Y quién te ha dicho que vayas a empezar ya? Mira, Andrés me dijo que si quieres puedes empezar la semana que viene. ¿Qué te parece?

Alicia: Bueno pues… pensándolo así…

Nicolás: No vas a tener oportunidad de encontrar algo mejor. ¿Qué más puedes pedir? Acabas de llegar y ya tienes chamba. (Sonríe)

Alicia: Pues visto así… (Sonríe más animada) ¡Qué si! ¡Que tienes razón! El lunes voy a verle a la hacienda esa a ver que me dice.

Nicolás: ¡Esa es mi niña! (Abrazándola con cariño)

CONTINUARA...

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