viernes, 8 de junio de 2012

Capítulo 14: El Pretendiente



CAPITULO 14: EL PRETENDIENTE


HACIENDA “LOS NARANJOS”, JALISCO, MÉXICO


Alertado Por los escandalosos gritos que proceden de la mansión de la familia Álvarez, Carlos emprende el galope a caballo hasta llegar a la entrada principal de la casa. Dentro, Alicia, ya en el piso de abajo, se acerca a Isabel para tomarle el pulso y comprobar su estado. La venezolana no reacciona, Alicia se desespera por momentos…

Alicia: ¡Isabel! (Dándole cachetes en la cara) ¡Isabel, por Dios reacciona! (Nerviosa)



En ese instante, la puerta del hall de entrada de la casa se abre y…



Carlos: ¿Qué ocurre? ¿Qué son esos gri…? (Viendo a Isabel en el suelo inconsciente) ¡ISABEL! ¡ISABEL! (Acercándose a su esposa) ¿Se puede saber que haces tú en mi casa, Alicia? ¿Qué le has hecho a mi mujer? (Enojado, empujándola lejos de Isabel)

Alicia: (Llorando) Yo no… yo no he hecho nada…

Carlos: ¿CÓMO QUE NO HAS HECHO NADA? ¡Dime la verdad! ¿A qué viniste? ¿Qué le hiciste a Isabel? ¡HABLAAA! (Furioso)

Alicia: Yo sólo quería hablar contigo, vine y… y me encontré con Isabel y…

Carlos: ¿Y? (Marcando en su celular) ¡Por favor una ambulancia, necesito una ambulancia, mi mujer está inconsciente en el piso, está embarazada! Sí… sí.. la dirección es… (Continúa hablando por el móvil)

Alicia: Discutimos, ella entonces me insultó, le reclamé por haber vuelto contigo y… (llorando deshecha) y… le dije que tal vez ese hijo que está esperando no es tuyo… Me abofeteó y en pleno forcejeo Isabel perdió el equilibrio y…

Carlos: ¿Quéee? ¿Qué es lo que estás tratando de decirme? (Alucinando)

Alicia: Isabel se cayó por las escaleras, Carlos…

Carlos: ¿QUÉEEE? (Lleno de rabia y de ira) ¿Pero te has vuelto loca Alicia? Mi esposa está embarazada! ¡Se pueden morir ella y el niño! ¡Eres una… una… ¡ (Se le saltan las lágrimas)

Alicia: Te juro que no era mi intención, yo jamás le haría daño a nadie… por favor, mi amor, créeme… Te estoy diciendo la verdad.

Carlos: ¡No me digas mi amor, por favor! Nada tiene justificación con lo que hiciste. ¡Nada la tiene!

Al mismo tiempo, se escucha la alarma de la ambulancia que llega a toda prisa a la casa de la hacienda “Los Naranjos”. Carlos carga en brazos a Isabel, muy nervioso y preocupado, con lágrimas en los ojos. El equipo sanitario le ayuda a colocar a Isabel en la camilla y acto seguido la meten en la ambulancia. Carlos se dispone a ir hacia su coche para seguir el vehículo hasta el hospital central de Guadalajara. Sin mediar, palabra, Alicia corre llorando trás el. Carlos acelera el paso, la joven emprende la carrera y le agarra del brazo.

Alicia: ¡Por favor, Carlos! ¡Escúchame! ¡Por favor!

Carlos: ¡No me toques! ¡Suéltame! (Revolviéndose se suelta de ella)

Alicia: Perdóname, por favor… (Llorando)

En ese momento Carlos entra en su auto y con rapidez arranca el coche. Alicia se pone delante del carro para impedir que Carlos se vaya pensando mal de ella. Pensando que ella empujó a Isabel por las escaleras de la casa.

Carlos: (Al volante) ¡Apártate de ahí! ¡Alicia!

Alicia: (Llorando) ¡Escúchame por favor, Carlos! Sé lo que estás pensando de mí, pero no es cierto. Yo no la empujé, te lo juro, te lo juro por lo que más quieras… Por favor… (Llorando delante del coche, escuchamos música incidental)

Ya con la paciencia agotada, Carlos se baja del coche y se acerca a Alicia, con el semblante muy serio y muy enojado.

Carlos: Dime la verdad… (Rompiendo a llorar)

Alicia: Yo no la empujé, por favor, créeme… si alguna vez me amaste, créeme. Te estoy diciendo la verdad. (Llorando)

Carlos: ¿Por qué me hiciste esto…? ¿Por qué...? (Llorando intenta contenerse las lágrimas pero no puede)

Alicia: Te lo juro por el amor que te tengo…

Carlos: Yo ya no estoy seguro de ese amor… (Haciéndose el duro con ella)

Alicia: Nunca te mentí, nunca te engañé con nadie, ni con Saúl ni con ningún otro hombre. Tú fuiste el primero y el único con el que he estado…

Carlos: (Se emociona entre lágrimas)

Alicia: Te amo y nunca he dejado de amarte.

Carlos: No ha habido un solo día que no haya pensando en ti… Ni uno sólo…

Alicia: Sonia me dijo que… que… Se qué no me vas a creer lo que tengo que decirte pero…

Carlos: ¿El qué? ¿Dé que hablas?

Alicia: Isabel se acostó con mi hermano Joaquín cuando estábamos en el hotel…

Carlos: ¿Quéee? (Incrédulo) No… no puede ser… eso no puede ser cierto…

Alicia: ¿Por qué habría de mentirte con algo así? Si vine aquí hoy fue porque me enteré de todo y quise hablar contigo y con Isabel al respecto. Quería salir de la duda…

Carlos: ¿De la duda? Tú me juzgaste sin darme el beneficio de esa duda. Me reprochaste que te engañaba con Isabel, cuando de sobra sabías que eso no era así.

Alicia: Lo siento… yo…

Carlos: Ya es tarde para arrepentirse de lo que ya no tiene remedio, Alicia, muy tarde.

Alicia: No seas así, por favor…

Carlos: Me dijiste que no querías volver a verme, me diste una bofetada, me echaste de tu casa como si fuera un perro y ahora vienes así como si nada… como si nada hubiera pasado.

Alicia: ¿Por qué eres tan orgulloso?

Carlos: Tú también lo fuiste conmigo… (Se marcha hacia la puerta del auto)

Alicia: No te vayas por favor…

Carlos: No puedo, tengo que ir al hospital, Isabel me necesita allá.

Alicia: Lo sé pero…

Carlos: Hablaremos de esto más tarde… por favor… (Con los ojos rojos de tanto llorar)

Alicia: Está bien… (Con lágrimas en los ojos)



MIAMI, ESTADOS UNIDOS



Una pareja conversa agarrada de la mano mientras pasea por las céntricas calles de Miami. Ellos son Miguel y Sonia. La pareja ya lleva saliendo unos meses pero todavía no han dado el paso para ser algo más que amigos… Ninguno de los dos define la relación hasta hoy… La joven se detiene a mirar un escaparate de una tienda de ropa, mientras Miguel la observa.



Sonia: Me encanta ese vestido… ¿Sabes? Había pensado en comprármelo para cuando se case tu hermana Liliana, pero me parece demasiado caro.

Miguel: Entonces… ¿Eso quiere decir que si me acompañarás a la boda en Nueva York? (Sonríe)

Sonia: Claro… (Sonríe) Además que no me gustaría que fueras solito, mira que en las bodas hay mucha lagarta a la caza de millonario, tú sabes… (Se burla)

Miguel: Jajajajaja.

Sonia: No te rías…

Miguel: Hay algo que quería decirte desde hace tiempo pero… nunca me he atrevido a dar este paso hasta hoy. Tengo una cosa para ti… (Sacando se su pantalón una pequeña cajita negra)

Sonia: ¿Qué es eso? (Sorprendida)

Miguel: Cierra los ojos, por favor… (Sonríe)

Sonia: Mmmm…. Bueno está bien, a ver… Ah pero como sea un bicho o algo te juro que te mato ehhh.

Miguel: ¡Qué va a ser un bicho! ¡Boba! Jajaja. Cierra los ojos y cálla…

Y el joven abre la cajita, dentro hay un colgante de plata, una especie de “dije” con la letra S, S de Sonia. Miguel toma la joya, mientras se guarda la cajita en el pantalón. Acto seguido se coloca detrás de Sonia para ponerle el regalo al cuello. Miguel le aparta el cabello con ternura.

Sonia: Qué… (Sonríe al sentir el tacto de la plata en la piel)

Miguel: Ya puedes abrirlos…

La chica abre los ojos y se mira el regalo, sonriendo feliz y muy ilusionada.

Sonia: Ay, Miguel… (Avergonzada) ¿Por qué eres así?

Miguel: ¿Así como? ¿Qué no te gustó? Si no te gusta lo cambio por otro, no pasa nada… (Un poco triste)

Sonia: No, no, no, no… Si está precioso, si me encanta pero es que… (Avergonzada)

Miguel: ¿Y entonces? No entiendo.

Sonia: ¿Por qué eres tan tierno? ¿Eh? ¿Por qué?

Miguel: (Sonríe) Porque te quiero…

Sonia: (Sonríe) ¿De verdad?

Miguel: Sí, de verdad. (Sonríe)

En ese momento, Sonia se acerca a él y sin que Miguel se lo espere, la joven le besa tierna y apasionadamente. Miguel la toma de la cintura en un beso que marca el inicio de una nueva historia de amor. Miguel y Sonia se besan frente al escaparate de la tienda, ante el pasar de la gente por la calle. Nada ni nadie les importa, sólo ellos dos. Escuchamos música. La pareja se besa una y otra vez, con pasión, con entrega… pero sobre todo… con amor. Ambos se miran a los ojos, sonríen y siguen besándose.

Lucero – Corazón apasionado

Y de pronto tú apareces
Enredándote en mi mente
Será realidad, o quizá una ilusión… (Música)
Corazón apasionado, que revive entre tus brazos
Con tus besos, tus caricias, tu amor y tu sonrisa
Corazón apasionado, que me guía cada día
Que contiene el latido, el amor y mi destino, oh, oh, oh
Tú supiste conquistarlo y yo siempre seré toda para ti



GUADALAJARA, MÉXICO


HOSPITAL CENTRAL DE GUADALAJARA

En la sala de espera, Carlos se encuentra con su madre doña Claudia, a la espera de noticias acerca del estado de salud de Isabel.



Claudia: ¡Carlos! ¡Carlos hijo! ¿Pero qué ha pasado?

Carlos: Isabel se cayó por las escaleras de la casa, mamá… (Preocupado)

Claudia: ¡Ay Dios mío! ¡Dios mío! (Nerviosa) ¿Y cómo está tu esposa? ¿Cómo está Isabel?

Carlos: Todavía no sé nada, estoy esperando noticias pero nadie me dice nada… Llevo más de una hora acá. Estoy muy preocupado… Isabel está de siete meses y una caída como esta podría ser fatal…

Claudia: Yo no me he enterado de nada, estaba a dar un paseo por el campo y hasta que no regresé a la casa no supe que había pasado con Isabel. Uno de los peones me contó lo sucedido y me acaba de traer desde la hacienda.

Carlos: Deberíamos avisar de esto a mis hermanos…

Claudia: Deja, yo le marco a Liliana, a esta hora estará trabajando en el hotel de Nueva York con Patrick.

Mientras Claudia se aleja para telefonear con su celular a su hija Liliana, Carlos se dispone a avisar a Miguel también, pero cuando está a punto de marcar en su celular, aparece en la sala de espera, y ante la multitud de gente, Alicia.



Alicia: Hola Carlos…

Carlos: ¿Qué haces aquí? (Sorprendido)

Alicia: No podía irme a mi casa sin saber como estaba Isabel, pregunté en todos los hospitales de la ciudad y… y al final me vine para acá.

Carlos: Es mejor que te vayas, Alicia. Mi madre está por aquí y no quiero que se entere de la verdad.

Alicia: Pero tarde o temprano todo el mundo lo va a saber. En cuanto Isabel se recupere, estoy segura que me va a acusar de haberla empujado por las escaleras.

Carlos: Eso no va a pasar, te lo prometo. Yo te creo, te creo pero…

Alicia: ¿Pero qué?

Carlos: Pero no es el momento. Tengo que hablar con Isabel acerca de lo que me contaste sobre Joaquín y ella. Todavía no puedo creer que sea cierto.

Alicia: Tal vez el bebé sea… bueno sea hijo de mi hermano.

Carlos: Mmmm

Alicia: E igualmente aunque no lo fuera, yo no quiero que nada le pase a ese niño. Ni tampoco a Isabel. Yo jamás le haría daño a nadie y lo sabes.

Carlos: Si Isabel está embarazada de Joaquín, deberá darme una explicación pero… hasta que no nazca el bebé, si es que nace…. no lo podemos saber.

Alicia: ¿Qué vas a hacer?

Carlos: Por lo pronto, esperar que ocurre con Isabel.

Mientras Alicia y Carlos conversan, aparece en escena Claudia quien se sorprende ver a Alicia en el hospital.

Claudia: Carlos hijo, ya he hablado con tu hermana, dice que la mantengamos informada de cualquier cosa, que en unos días ella… ¿Quién es esta mujer? (Molesta)

Alicia: Alicia, señora, soy Alicia Molinos (Avergonzada)

Claudia: ¿Qué? ¿Pero qué hace esta descarada aquí? ¡CARLOS! ¿Me puedes explicar que diablos significa esto?

Carlos: Verás, mamá…

Claudia: Mire, Alicia, o como se llame, nadie le ha dado vela en este entierro así que le agradecería que por respeto y si le queda un mínimo de decencia y de vergüenza, se largue de aquí ahora mismo. ¿Entendió?

Alicia: Sí, no se preocupe, sólo quería saber como estaba Isabel. Yo vivo acá en Guadalajara y…

Carlos: Y se acaba de enterar de lo que pasó ¿Verdad Alicia? (Guiñándole el ojo a la joven para que no diga toda la verdad)

Claudia: No me importa la vida de esta “señora” (Con mal tono y con desprecio) Haga el favor y márchese a su casa, aquí no es bien recibida. Esto es un asunto familiar, privado… ¿Está claro?

Alicia: Clarísimo como el agua, señora, pero antes déjeme que le diga una cosa.

Carlos: Alicia, por favor… (Entre dientes)

Claudia: No hijo, déjala, déjala que hable… Si las desvergonzadas roba-maridos como ella no tienen respeto ni por ellas mismas. A leguas se ve la clase de mujerzuela que está hecha…

Alicia: Mire, no le permito que me hable así… ¿Eh? (Enojada)

Claudia: ¡Usted no es nadie para permitirme a mí nada! ¿Se entera? O se va ahora mismo del hospital o juro que soy capaz de llamar a los de seguridad para que la boten a patadas. ¡Usted decide! (Desafiante y con furia en la mirada, todo el mundo se les queda mirando en el hospital)

Alicia: No sé como puede ser usted la madre de Carlos, se le nota por encimita la clase de mujer que es…

Claudia: No me caliente, que la vamos a tener… (Rabiosa)

Carlos: Por favor Alicia, márchate, ya hablaremos tú y yo en otro momento. ¿OK?

Claudia: ¡De ninguna manera! ¡Tú no tienes nada que hablar con esta vagabunda!

Alicia: ¡A mi no me insulte! ¡Pero será maleducada!

Carlos: ¡Alicia! ¡Mamá, por favor! Estamos en un hospital.

Claudia: (Agarrando a Alicia por el brazo) ¡Le he dicho que se largue! ¡Fuera! (Empujándola con fuerza)

Alicia: ¡Suélteme! (Desafiante)

Claudia: (Alzando la voz) ¡Qué todo el mundo se entere! ¡La amante de mi hijo se presenta en el hospital a dar la nota cuando la esposa está a punto de dar a luz! ¡Señores, eso es tener clase! ¡Un aplauso! (Burlándose)

Carlos: ¡Ya basta! Todo el mundo nos está mirando… (Apenado)

Alicia: No te preocupes Carlos, me voy… (Se da la vuelta para marcharse)

Claudia: Eso, vete… golfa…

Alicia: (Volteando se acerca a doña Claudia) Golfa lo será usted, se-ño-ra.

En ese momento la vieja villana pierde la paciencia y le suelta una sonora y fortísima cachetada a Alicia, el golpe es tan fuerte que su sonido llena la escena.

Carlos: ¡Mamá! (Molesto)

Escuchamos música incidental. La gente no puede creer la escena que está presenciando. Carlos se siente abochornado, Alicia se lleva una mano a la cara dolida por la bofetada.

Alicia: Esto no se va a quedar así… (Marchándose)

Casi al mismo tiempo, una doctora del área de ginecología y obstetricia se acerca a Carlos y Claudia…

Doctora: Disculpen… ¿Son ustedes los familiares de Isabel Quinteros?

Carlos: Sí, yo soy su marido, doctora. ¿Cómo está mi mujer?

Claudia: Sí, por favor, nos tienen en un sin vivir aquí…

Doctora: Bueno, afortunadamente Isabel se encuentra fuera de peligro. Solamente sufrió algunas contusiones y golpes provocados por la caída pero…

Claudia: ¿Pero? ¿Qué ocurre? ¿Cómo está mi nieto? ¿Está bien?

Doctora: El bebé está bien pero tuvimos que practicarle una cesárea a la madre ya que había contracciones de parto prematuro.

Carlos: ¿Eso quiere decir que ya nació? ¿Mi hijo ya nació?

Doctora: Sí, es una niña (Sonríe). Tanto la madre como ella están en perfecto estado.

Claudia: ¡Ay que alegría, hijo! ¡Una niña! ¡Una niñita! (Sonríe) Ya soy abuela…

Carlos: Sí… (Sonríe feliz pero a la vez dudando de que dicha niña sea su hija)


MIAMI, FLORIDA


En una de las abarrotadas playas de la ciudad, Samantha toma el sol en bikini, tumbada sobre una hamaca y ataviada con unas gafas de sol.



Samantha: Mi amor… me pones bronceador en la espalda, “por fa”… (Girándose sobre sí misma)

Una misteriosa mano masculina comienza a extender la crema por la espalda de la explosiva y sensual Samantha, muy lentamente… En segundos la imagen sube, podemos ver el cuerpo de un hombre sin camiseta, lentamente, hasta que en primer plano aparece el rostro de este misterioso desconocido, Saúl. El primo de Carlos está engañando a Isabel con Samantha desde hace meses.




GUADALAJARA, MÉXICO


HOSPITAL CENTRAL DE GUADALAJARA


A las puertas del hospital, Alicia se encuentra con Andrés quien va acompañado de dos peones que le sujetan en volandas para que no apoye uno de los pies en el suelo…



Alicia: ¿Andrés? ¿Qué haces tú por acá? ¿Qué te ha pasado? (Preocupada)

Andrés: Me caí del caballo en la hacienda y tengo que venir a urgencias. Creo que me he roto algo..

Alicia: Ay diosito… Dejen que les ayude.

Uno de los peones se marcha, mientras Alicia y el otro ayudan a Andrés a entrar en la zona de urgencias del hospital de Guadalajara. En la sala de espera, mientras la doctora conversa con Claudia, a lo lejos Carlos ve a Alicia acompañando a Andrés. Nuestro protagonista, intrigado, se acerca a ellos ya que no conoce a este misterioso hombre. Carlos comienza a sentir celos, inexplicablemente unos celos que le corroen sin remedio.



Carlos: ¿Alicia? ¿No dijiste que te ibas a casa?

Alicia: Sí pero… por cierto ¿Sabes algo de Isabel ya?

Carlos: Está bien, tanto ella como la niña.

Alicia: Ah, así que fue niña… Me alegro… (Pensando: Menos mal que no le pasó nada grave…ufff)

Carlos: ¿Este señor es amigo tuyo? Como veo que vienes con él… (Celoso)

Alicia: Me lo encontré ahora a la salida del hospital. Es mi jefe, resulta que tuvo un accidente y venía a urgencias… Se ha caído del caballo.

Carlos: ¿Tu jefe? ¿Cómo que tu jefe? (Mirando a Andrés con recelo, pues es un hombre bien parecido)

Andrés: Andrés Peñasanta, mucho gusto (Intentando darle la mano a Carlos)

Carlos: Lo mismo digo… (Con desgana, no le da la mano)

Alicia: Ay Andrés… mira que tú también, tienes que tener más cuidado…

Andrés: Sí, eso me pasa por querer hacer cosas que no me corresponden en la hacienda.

Alicia: A poco y la próxima te rompes la crisma, jajaja. (Bromeando)

Andrés: Jajaja, Dios no lo quiera, Alicia. (Sonríe)

Mientras un celador ayuda a Andrés a sentarse en una silla de ruedas, para entrar en el área de urgencias, Carlos se queda con Alicia y…

Carlos: Mucha confiancita tienes tú con el tal Andrés Peñasanta… ¿No?

Alicia: Trabajo en su hacienda como administrativa. ¿Algún problema?

Carlos: No… ninguno… (Celoso)

Alicia: Además, que yo sepa tú y yo ya no somos nada. No tengo por qué darte explicaciones de con quien ando o dejo de andar… (Burlándose)

Carlos: No si yo no digo nada… (Molesto)

Alicia: Tú estas casado con Isabel… así que…

Carlos: ¿Qué intentas decirme? ¿Qué te gusta este tipo? (Celoso)

Alicia: Mmmm (Mirando al techo sin responderle)


CONTINUARÁ…

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