viernes, 30 de diciembre de 2011

Capítulo 7: Amor Verdadero



CAPITULO 7: AMOR VERDADERO

MANSIÓN ÁLVAREZ


En el salón de la elegante mansión de la familia Álvarez Gallardo, Carlos conversa con la criada.



Carlos: ¿Y dices que esa mujer venía de parte del bufete de abogados?

Criada: Sí, señor. Eso me dijo, pero cuando regresé para avisarla de que usted la esperaba en su despacho, ya se había marchado. (Extrañada)

Carlos: Qué raro… ¿Cómo dices que se llamaba?

Criada: Eva, Eva Miralles, señor.

Carlos: No conozco ninguna Eva Miralles… Tal vez sea una nueva empleada del bufete. Bueno da igual, no te preocupes Gladys, ya hablaré yo con Armando (el abogado) para preguntar a ver. Ahora tengo que salir, me voy al hotel que ya va siendo la hora.

Criada: Aquí tiene su chaqueta, señor. (Tomando la chaqueta del traje, colgada en una de las sillas)

Carlos: Gracias Gladys.. (Carlos se dispone a ponérsela pero, en ese momento suena el teléfono de la casa)

Criada: Yo contesto, no se preocupe.

Carlos: No, no, déjame a mí. A lo mejor es mi primo Saúl, tengo que hablar con él sobre un asunto. (Dejando la chaqueta en la silla)

En ese instante, Carlos toma la llamada, descolgando el teléfono fijo de la mansión Álvarez.

Carlos: ¿Bueno?

Nieves: Señor Álvarez, ¡SEÑOR ÁLVAREZ! ¿es usted, patrón? (Muy nerviosa)



Carlos: Sí, Nieves, soy yo. ¿Ocurre algo? ¿Por qué estás tan alterada?

Nieves: Ay señor… (Llorando) ¡Ay que tragedia! Otra vez ha vuelto a pasar, otra vez…

Carlos: ¿De qué hablas? ¿Qué tragedia, qué otra vez? Por favor, Nieves, cálmate y cuéntame que ocurre. ¿Pasó algo en el hotel? (Preocupado)

Nieves: ¿Se acuerda usted de Davinia, mi sobrina?

Carlos: Si, claro que la recuerdo. ¿Por? No me diga que esa chica ha vuelto al hotel a dar problemas. Le dije bien claro que no quería volver a verla por allí. Está despedida y no voy a cambiar de…

Nieves: Davinia está muerta, señor… ¡Muerta!

Carlos: ¿Quéeee? (Alucinando)

Nieves: Unos jóvenes que se estaban bañando en la piscina del hotel escucharon un fuerte estruendo en el invernadero y alertaron al personal de seguridad. ¡El tejadillo del invernadero se desplomó y los cristales mataron a Davinia! ¡Ay diosito, ha sido horrible, señor, horrible!

Carlos: Esto no puede ser verdad, no puede estar pasando otra vez lo mismo… Primero Marta, ahora Davinia…

Nieves: Por favor, patrón, venga pronto. Estamos todos desolados con la noticia. La policía está a punto de llegar.

Carlos: No te preocupes, ahora mismo salgo para allá.

Nieves: Chao señor. (Llorando desconsolada)

Tras colgar el teléfono, Carlos sale a toda prisa de la mansión, olvidando ponerse la chaqueta del traje. El escorpión que Samantha introdujo en uno de los bolsillos en el capítulo anterior, consigue escaparse y salir al exterior. El arácnido comienza su recorrido por la lujosa mansión.


HOTEL IMPERIAL FLORIDA


En el despacho de Isabel, la villana conversa con Saúl. Ambos sentados a cada lado del escritorio, mientras Saúl se fuma un puro.



Isabel: Tenemos que sacar de en medio a esa estúpida de Alicia Molinos. No puedo dejar que esa marginal me quite a Carlos. Si tu primo se divorcia de mí, nos quedaremos sin nada. ¿Me oyes? ¡Sin nada!

Saúl: Cálmate preciosa, no te pongas así, que eso no le hace bien al bebé. Escúchame, acaba de ocurrírseme una idea perfecta para que Alicia no estorbe en nuestros planes.

Isabel: ¿En qué estás pensando? Si por mi fuera la mandaba derechito al cementerio, igual que a la estúpida de Davinia.

Saúl: Por Davinia no te preocupes, a estas horas debe estar ya en el infierno. Ahora tenemos que impedir que Carlos se divorcie de ti pero con el embarazo no las tenemos todas con nosotros. Hay que hacer algo más.

Isabel: ¿El qué? No me irás a decir que…

Saúl: Sí, vamos a hacerle creer a mi adorado primo, que Alicia le está jugando chueco. Tenemos que engañar a Carlos y la mejor forma es que él piense que esa muerta de hambre le es infiel con otro.

Isabel: ¿Infiel esa? Esa mojigata, por favor no me hagas reir. ¿A dónde quieres llegar?

Saúl: No hace falta que lo sea, nosotros podemos hacerle creer a Carlos que lo es. ¿Entiendes?

Isabel: Sí, pero… Ay no, ni se te ocurra hacer lo que estoy pensando porque te juro que… (Enojada)

Saúl: ¡Cállate y déjame hablar! Es la única forma de quitarla de en medio sin mancharnos las manos de nuevo. Si la liquidamos todo el mundo va a comenzar a sospechar de ti. Recuerda la pelea que tuvisteis anoche en los vestuarios.

Isabel: Ni me la menciones… (Molesta)

Saúl: Por eso tenemos que usar otro plan, por decir así… más… sutil. La idea es, tenderle a Carlos y a esa mujer una trampa bien orquestada para hacerle creer a tu marido el engaño.

Isabel: ¿Qué vas a hacer?

Saúl: Tú déjame a mí, ya vas a ver… (Sonríe con astucia, picardía y maldad)


Mientras, en el hall del hotel, Carlos charla con un policía.



Carlos: Por favor, agente, ya son dos veces que ocurre un asesinato en este hotel. Hace unos meses fue una de mis empleadas y ahora esta chica. ¿Se puede saber por qué diablos no investigan lo que está pasando aquí?

Policía: Lo siento señor, pero estamos trabajando en ello. La muerte de Marta Jimeno todavía está en proceso de investigación pero no hemos hallado pruebas.

Carlos: ¿Y lo de hoy? ¿Qué me dice de lo de hoy? Aquí hay un complot o algo en contra mía y de mi familia, porque no es normal que haya habido dos muertes en extrañas circunstancias en menos de tres meses.

Policía: Le prometo que en cuanto tengamos algo, le avisaremos. De momento pensamos que en esta ocasión ha podido ser un accidente.

En ese momento aparece en escena Miguel, el hermano de Carlos.



Miguel: ¿Un accidente? ¿De que están hablando, Carlos? ¿Por qué hay un coche de policía a la puerta?

Carlos: Han encontrado muerta una chica en el invernadero.

Miguel: ¿Qué? (Sorprendido)

Policía: Así es, señor. La joven murió a causa de los cortes producidos por los cristales del tejado. El techo se le vino encima.

Miguel: No puedo creer lo que me están contando…

Carlos: Pero eso no es lo peor, hermano, lo peor es que…

Miguel: ¿Qué ocurre, Carlos?

Policía: La joven fue empleada del hotel hace poco tiempo y su hermano cree que la han asesinado, al igual que a Marta Jimeno.

Miguel: Sí, sí, recuerdo lo de Marta. Mi hermano me lo contó, pero… dime, Carlos. ¿Quién era la chica del invernadero?

Carlos: Lamento lo que te voy a decir, de veras, pero… tienes que ser fuerte. (Preocupado)

Miguel: ¡Habla!

Carlos: Era Davinia.

Miguel: ¿QUÉEEEEEEEEEEE? (El joven se queda sin saber como reaccionar)



CASA DE ALICIA


En su dormitorio, la mexicana charla por teléfono con su padre, Nicolás, que está en Guadalajara. Don Nicolás se encuentra en la cocina de su pequeña casita en un humilde barrio obrero de la capital.



Nicolás: No me digas que te echaron del trabajo… lo que faltaba.

Alicia: Ay, papá, por favor no me regañes tú también.

Nicolás: ¿Yo también? No, si seguro que tu hermano Joaquín te habrá regañado más que yo.

Alicia: Joaquín todavía no sabe nada, papá. Y sí me fui yo del hotel porque la esposa de mi jefe es una bruja sin escoba. Me humilló y hasta se atrevió a golpearme. ¿Te lo puedes creer?

Nicolás: Dime algo, hija. ¿Tú tienes algo que ver con ese señor? ¿Con Carlos Álvarez?

Alicia: Papá… (Avergonzada)

Nicolás: Alicia… Alicia… que te conozco y sé que me estás ocultando algo.

Alicia: Bueno sí, Carlos y yo empezamos una relación pero no es lo que estás pensando. El estaba muy mal en su matrimonio y entonces…

Nicolás: No quiero saber más. Eso te pasa por meterte con un hombre casado. ¡Vergüenza debería darte! Si tu madre viviera… la mandabas de nuevo al cementerio. ¿Eso fue lo que te enseñamos? ¿A comportarte como una rompe-hogares? (Enojado)

Alicia: Mira papá, si te vas a poner así… mejor dejamos aquí la conversación. Llamé para preguntar como estabas y contarte lo del trabajo, no para escuchar sermones. Ya estoy grande para que me sigas tratando como a una niñita. ¿OK?

Nicolás: Hija, por favor… entiéndeme. Siento haberte hablado así pero es que lo que has hecho no está bien, piénsalo.

Alicia: No hay nada más que pensar, Carlos y yo hemos terminado.



HOTEL IMPERIAL FLORIDA

En la cafetería del hotel, Carlos platica con su hermano Miguel. Ambos sentados a una de las mesas, mientras Joaquín les sirve un par de cafés.



Miguel: Todavía no puedo creer que Davinia esté muerta… (Triste)

Carlos: Lo siento, Miguel, yo sé que esa chica era importante para ti. Ella estuvo un tiempo trabajando en el hotel pero la tuve que despedir porque no era lo que buscábamos para el puesto de recepción.

Joaquín: Sus cafés, señor Álvarez.

Carlos: Gracias, Joaquín. Mira te presento, este es mi hermano Miguel.

Joaquín: Hola, buenos días. Encantado.

Miguel: Buenos días, igualmente. (Tomando su taza de café)

En segundos, Joaquín se retira a sus quehaceres, mientras los hermanos Álvarez prosiguen la conversación.

Miguel: Lo que no entiendo es qué hacía entonces aquí hoy. ¿Sabes tú a que vino al hotel?

Carlos: Sinceramente, no. Hacía semanas que no sabía nada de ella. Nieves, su tía, me dijo que Davinia había encontrado empleo en una gestoría como secretaria, o algo así.

Miguel: Esto es muy extraño… Primero aquella chica, Marta, ahora Davinia…

Carlos: La policía investigó el asesinato de Marta pero no encontraron culpables.

Miguel: Tal vez ambas muertes estén relacionadas, como tú piensas. Es mucha casualidad.

Carlos: Sólo espero que esto no te afecte demasiado. Sé que tú querías a Davinia pero ya hace un año que rompiste con ella.

Miguel: Pero yo todavía la amaba… (Se le saltan las lágrimas) Nunca pude olvidarla, ni España, ni conocer a otras chicas en Madrid hizo que dejara de pensar en ella. Jamás pensé que a mi vuelta fuera a pasar algo así.


Al mismo tiempo, en el hall del hotel, Isabel y Saúl se encuentran con Sonia.



Sonia: Acaban de llevarse el cuerpo de Davinia… (Asustada)

Isabel: Ay, Sonia, ha sido horrible… primero Marta, ahora mi amiga del alma. Esto tiene que ser un complot contra el hotel o algo porque si no, no me lo explico. (Fingiendo tristeza)

Saúl: ¿A qué vino Davinia al hotel?

Sonia: Dijo que tenía un asunto importante que tratar con usted, señor. Lo que no entiendo es por qué fue para el invernadero.

Saúl: No tengo ni idea, de todas formas voy a hablar con la policía. Seguramente a ti ya te habrán tomado declaración, ¿cierto?

Sonia: Así es, hace poco un agente estuvo interrogándome.

Isabel: Creo que lo mejor es que vayamos a la cafetería a tomar algo, estoy muy nerviosa. Necesito una tila o algo.

Saúl: Está bien, ya de paso me tomo un café.

Sonia: Chao… (La joven se marcha, mientras Isabel y Saúl se dirigen a la cafetería)




HOUSTON, TEXAS

CLÍNICA ANDERSON

En una de las habitaciones de la prestigiosa clínica Anderson, don Eladio, echado en la cama, charla con su esposa Claudia, quien está sentada en un pequeño butacón de cuero.



Eladio: Estoy deseando regresar a Miami. La próxima semana es nuestro aniversario de boda.

Claudia: Sí, ya le dije a Carlos que volvemos el lunes. Lo más seguro es que la fiesta se haga el viernes por la noche en los jardines del hotel.

En ese momento, tocan a la puerta de la habitación.

Claudia: Sí, adelante.

La joven Liliana y su novio Patrick llegan a visitar a don Eladio.



Liliana: ¡Papá! ¡Mamá! ¿Cómo están? (Sonríe)

Claudia: Ay cariño, pero que sorpresa. No te esperábamos. (Se besan en las mejillas)

Patrick: Hello.

Eladio: Hija, cariño… (Liliana le da un beso a su padre, mientras Patrick saluda a Claudia)

Claudia: Siéntate aquí, Patrick. (Sonríe)

Patrick: ¿Qué tal se encuentra Eladio?

Eladio: Vaya… vamos tirando, hijo… unos días bien, otros mal… ya sabes como es esta maldita enfermedad.

Liliana: Mi hermano Miguel me dijo que…

Justo en ese instante Claudia la interrumpe.

Claudia: Liliana, ven un momento conmigo. Vamos a dar un paseo… Patrick, quédate con Eladio y así le haces compañía mientras.

Patrick: That’s Ok (Está bien)

Madre e hija salen del cuarto y tras cerrar la puerta, ya ambas en el pasillo….

Liliana: ¿Qué pasa mamá?

Claudia: A tu padre le quedan tres meses de vida, Liliana. Ni se te ocurra decirle la verdad por lo que más quieras. ¿Me oyes?

Liliana: ¿Tres meses?

Claudia: Debemos ser fuertes y mantenernos todos unidos pero no podemos decirle a tu padre que se va a morir. Tus hermanos ya lo saben también, pero no quiero que él se dé cuenta. ¿OK?

Liliana: No te preocupes, no iba a decirle nada… sólo que…

Claudia: Es mejor así. (Abrazando a su hija)



MIAMI, FLORIDA

HOTEL IMPERIAL FLORIDA

En la cafetería del hotel, Saúl e Isabel se sientan a la mesa junto a Carlos y Miguel.



Saúl: Siento mucho lo de Davinia, primo.

Miguel: Gracias… (Triste)

Carlos: Aquí hay gato encerrado, no es posible que haya habido dos muertes violentas en el hotel en tan poco tiempo.

Isabel: ¿Qué estás insinuando, Carlos?

Carlos: Qué hay una mano negra detrás de ambos asesinatos.

Saúl: La policía dice que lo de Davinia ha sido un accidente, no le busques cinco pies al gato.

Carlos: No, Saúl. A esa chica la mataron, estoy casi seguro.

Saúl: Bueno, sé que todos estamos muy afectados por esta tragedia pero la vida sigue…

Isabel: Davinia era mi amiga y nadie como yo puede sentir su pérdida… (Llorando) Era como una hermana (Fingiendo)



CASA DE ALICIA

Alicia continúa charlando por teléfono con su padre Nicolás, qué esta en su casa de México.



Nicolás: Perdóname, hija, lo siento… Yo no quise decirte todo eso.

Alicia: No importa papá. Carlos para mí es pasado. Nunca debí haberme enamorado de él pero ya no puedo cambiar eso. Ahora lo único que quiero es que te vengas a vivir con nosotros para Miami.

Nicolás: ¿En serio? (Contento) ¿Ya tienes la plata para el pasaje, hija? (Sonríe)

Alicia: Sí, la semana que viene estarás volando a los Estados Unidos. ¿Qué, cómo la ves? (Sonríe)

Nicolás: Ay hija, hija mía… (Emocionado, llora) Ay que ganas de veros a ti y a Joaquín.

Alicia: Pues ya nunca más nos vamos a volver a separar. Voy a buscarme otro empleo acá en Miami y viviremos aquí los tres juntitos en el departamento de mi prima Marta. Es pequeño pero el alquiler no es caro y entre mi hermano y yo lo pagamos bien.

Nicolás: Dios tenga a tu prima en su Santa Gloria, hija. Qué buena muchacha que era…

Alicia: Lo sé, papá, la echo tanto de menos. Me hace mucha falta.



HOTEL IMPERIAL FLORIDA

En la cocina del hotel, Nieves platica con Sonia.



Nieves: Davinia era mi sobrina. Yo la crié cuando sus padres murieron, apenas era un bebé.

Sonia: Debe ser horrible perder así a alguien de tu familia, Nieves.

Nieves: Sí, sí que lo es, pero más cruel es perder a alguien en vida.

Sonia: No te entiendo.

Nieves: No me hagas caso, cosas mías. (Pensando: Perdí a Carlos en vida y él no sabe que yo soy su madre y nunca podrá saberlo…)



CASA DE ALICIA

La mexicana se encuentra sentada a la mesa del comedor, mirando ofertas de trabajo en un periódico. En ese instante tocan al timbre de la puerta. La joven se dispone a abrir. En el umbral de la puerta ve un inmenso centro floral compuesto de rosas rojas. Tras él se esconde un desconocido… Alicia toma las flores y descubre a Carlos.



Carlos: Hola… (Sonríe)

Alicia: ¿Qué haces tú aquí? Te dije que no quería volver a verte. Hazme el favor y llévate estas flores. (Enojada)

Carlos: (Entrando en la casa y cerrando la puerta) Por favor, Alicia, escúchame. Si después no quieres verme nunca más, lo entenderé, pero al menos dame una oportunidad.

Mientras Carlos deja el centro de flores sobre la mesa, Alicia le da la espalda. El comienza a conversar pero ella no le da la cara, muy enojada y orgullosa.

Carlos: Sé que no he hecho las cosas bien desde el principio, pero no sé hacerlas de otra. Le pedí el divorcio a Isabel y eso va a tardar un tiempo. Sólo te pido que tengas paciencia. Me duele que estemos peleados. No quiero perderte y mucho menos por culpa de Isabel.

Alicia: Hazme el favor y no me la menciones ¿Quieres?

Carlos: No seas así… por favor. (Triste)

Alicia: En mi vida había tenido que soportar una humillación tan grande como la de anoche en el hotel. Dile a tu esposa que está loca y es una desquiciada sin educación ni modales. Una verdulera

Carlos: Mírame (Tomándola del brazo, la gira frente a él)



Alicia: No quiero hablar contigo… (Enojada)

Carlos: ¿Por qué? ¿Acaso ya no me quieres?

Alicia: No… (En voz baja)

Carlos: ¿No? Ok… está bien… entonces no te molesto más. No quiero quitarte más tiempo. Sólo vine a pedirte perdón pero ya veo que hice el viaje en balde. Será mejor que me vaya…

En ese preciso momento, Carlos, muy triste y abatido se dispone a marcharse del departamento. Alicia observa las rosas rojas en el centro de mesa y se emociona sin decir nada. La joven siente que se le saltan las lágrimas, mientras Carlos le da la espalda ya a punto de abrir la puerta para marcharse.

Alicia: ¡Espera! No te vayas, Carlos, por favor.

Él se da la vuelta y en ese instante ve como Alicia llora en un mar de lágrimas, llora por amor. Carlos siente lo mismo que ella y por su rostro rueda una lágrima desde su ojo derecho hasta su boca. Ella le mira, en silencio.

Alicia: Te quiero… (Llorando desconsolada)

Carlos: Y yo a ti. (Llorando)

La mexicana se lanza a sus brazos y ambos se funden en un tierno y romántico abrazo. Finalmente consiguen hacer las paces. Carlos le da un dulce beso en los labios y ella responde. Ambos se besan con amor y a la vez con pasión durante unos momentos. Los besos se hacen cada vez más y más intensos, mientras escuchamos música.

Cristian Castro – Por amarte así

Por amarte así, es esa mi fortuna, es ese mi castigo
Será que tanto amor acaso está prohibido
Y sigo aquí muriendo por estar contigo
Por amarte así, a un paso de tu boca y sin poder besarla
Tan cerca de tu piel y sin poder tocarla
Ardiendo de deseos en cada mirada
Por amarte así, por amarte así, por amarte…



CENTRO COMERCIAL MADISON PLACE
En un restaurante de un conocido Mall de Miami, Samantha e Isabel conversan mientras almuerzan.



Samantha: Tienes que ayudarme a acabar con esa maldita familia.

Isabel: No te atrevas a tocarle ni un pelo a mi marido. Si quieres hacer algo en contra de Miguel, Liliana o la vieja, haz lo que te dé la gana pero a Carlos ni tocarlo.

Samantha: ¿Por qué tanto interés en mi hermanito? No me irás a decir ahora que te estás enamorando de verdad de él. Sé de buena tinta que a ti lo que te mueve es el dinero.

Isabel: No seas estúpida, claro que si estoy con Carlos es por el dinero. Además tengo que darle una noticia que no se espera, ni él ni toda la familia Álvarez Gallardo.

Samantha: ¿Ah sí? ¿Y que noticia es esa, si se puede saber?

Isabel: Estoy embarazada.

Samantha: Jajajaja.

Isabel: ¿De qué te ríes? Yo no le veo el chiste por ninguna parte. (Molesta)

Samantha: Ay Isabel ¿De veras crees que Carlos se va a tragar el cuento de que tu hijo es de él?

Isabel: Claro que es de él. ¿Qué insinúas?

Samantha: Ese bebé es de tu amante, o sea de su primo Saúl. Que no nací ayer mijita.

Isabel: No sé de que me estás hablando… (Mirando para otro lado)

Mientras la explosiva Samantha se ríe irónicamente.



CASA DE ALICIA

Carlos y Alicia se encuentran sentados en el sofá, tomados de las manos. Tras haber hecho las paces, la pareja de enamorados conversa.



Alicia: Pobre Davinia, a mí me caía de la patada pero jamás le habría deseado un final así. Es horrible lo que me cuentas, Carlos.

Carlos: Tal vez la muerte de Davinia y la de Marta estén relacionadas.

Alicia: Tenemos que investigar, la policía no hace nada. Han pasado tres meses y el asesinato de mi prima sigue sin tener un culpable.

Carlos: Te prometo que en cuando volvamos comenzaré a moverme para averiguar algo sobre ambas muertes. Es demasiada coincidencia.

Alicia: ¿Volvamos? ¿A dónde nos vamos a ir? (Sorprendida?

Carlos: A París (Sonríe)

Alicia: ¿Qué? ¿A París? Pero si eso queda lejísimos de acá, allá por las Europas.

Carlos: En Francia concretamente (Sonríe)

Alicia: Hasta ahí llego ¿eh? (Burlándose)

Carlos: Jajaja, lo sé, solo bromeaba. (Sonríe tierno)

Alicia: Te quiero.

Carlos: Te amo (Se besan)

Alicia: ¿Y cuando nos vamos?

Carlos: Mañana a primera hora. Esta era la sorpresa que te dije aquella vez en el jardín del hotel.

La joven sonríe dulce, feliz y enamorada. Ambos pasarán unos inolvidables días en la hermosa y monumental capital francesa.



AL DÍA SIGUIENTE

HOTEL IMPERIAL FLORIDA

En la cafetería del hotel, Saúl charla con Joaquín. El camarero limpia unas copas mientras el primo de Carlos comenta sobre Alicia.



Saúl: ¿Tu hermana no tiene novio, verdad?

Joaquín: No, ¿Por qué? No me irá a decir que le gusta Alicia, picarón… (Sonríe)

Saúl: Bueno, digamos que… un poco. (Sonríe con picardía)

Joaquín: Pues que yo sepa no está saliendo con nadie, es muy reservada para esas cosas. A mí no me cuenta nada.

Saúl: ¿Qué pensarías si yo te dijera que Alicia sí tiene novio?

Joaquín: ¿Qué? ¿Me está usted vacilando verdad, señor?

Saúl: No… no estoy de broma. Es en serio. Alicia es la amante de mi primo Carlos.

Joaquín: ¿QUÉEEE? (Dejando caer una copa de cristal al suelo, la cual se hace añicos)


CONTINUARÁ…

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